La guerra contra el narcotráfico en México no es un problema de imagen, como recién afirmó el presidente Felipe Calderón, sino un problema real, afirmó este jueves en un editorial el diario Los Angeles Times, que ilustró la gravedad de la situación al señalar que Cuernavaca, la otrora ciudad de la eterna primavera, se ha convertido en el nuevo frente del gobierno mexicano contra el crimen organizado y ahora esa urbe es del eterno reposo.

Tanto Los Angeles Times como un reportaje de Reuters enfatizan que las muertes relacionadas con el tráfico de drogas en México ascienden a 22 mil 700 desde que Calderón asumió la Presidencia, en 2006.

El diario californiano critica al mandatario por reaccionar con oídos sordos y falta de sensibilidad ante el temor justificado de los mexicanos, al afirmar que hay lugares donde la tasa de homicidios es peor y que la mayoría de los muertos son miembros los cárteles.

Cita lo dicho por Calderón en la reciente cumbre de turismo de Cancún: “México tiene un problema de imagen (…) Tenemos que trabajar en la percepción que se tiene de México”; y afirma que para los pobladores de Cuernavaca, Morelos, que el viernes pasado recibieron un correo electrónico en el que se les llamaba a permanecer en sus hogares después de las ocho de la noche para no ser confundidos con nuestros enemigos, su situación no tiene nada que ver con imágenes y percepciones.

La advertencia fue interpretada como un toque de queda. Las oficinas y escuelas cerraron temprano, al igual que bares y restaurantes. El viernes por la noche, Cuernavaca, en sí, estaba muerta, señala.

A los ciudadanos no les interesa si las cosas están peor en Río de Janeiro o Washington, y si bien parece cierto que la mayor parte de las víctimas pertenece a las bandas de narcotraficantes, no se toma en cuenta ni a los cientos o miles de civiles que han muerto en el fuego cruzado, ni el terror en que vive la población.

El editorial concluye: Ya nadie cree que los inocentes están a salvo en México. Calderón necesita escuchar a su gente y rectificar su mensaje.

Reuters señala que aunque el mandatario mexicano ha hecho de la lucha contra el narcotráfico su prioridad, ante el público aparece cada vez más débil e incapaz de dar soluciones.

“Los asesinatos de niños, mujeres y gente que nada tiene que ver con las pandillas de narcos ha sido provocada por el gobierno. Es muy fácil tirarle piedras a un avispero para ver qué sale”, señaló un ex comandante de la Policía Federal mexicana que trabajó en la frontera, quien solicitó el anonimato.