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Tormenta volcánica

Compañías aéreas denuncian falta de coordinación y liderazgo en las medidas adoptadas

Flexibiliza la UE restricciones a vuelos; pierden aerolíneas más de mil mdd

El protocolo de seguridad se basa en estudios militares, sostiene el jefe de Eurocontrol

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Técnicos de Scandinavian Airlines verifican el motor de un Airbus 330 que aterrizó ayer en un aeropuerto de Estocolmo, Suecia, procedente de Estados Unidos. Los especialistas buscan evidencias de probables daños causados por las cenizas volcánicasFoto Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 20 de abril de 2010, p. 29

Madrid, 19 de abril. Los ministros de Transporte de las 27 naciones que integran la Unión Europea (UE) acordaron hoy relajar las severas restricciones al tráfico aéreo, pero siempre con respeto al protocolo de seguridad acordado en 2004 por la Organización Internacional de Aviación Civil. Los estrictos controles de seguridad enfrentan a las principales aerolíneas del mundo con las autoridades comunitarias, a las que incluso han acusado de adoptar las medidas con base en teorías y no en hechos.

En sesión celebrada vía videoconferencia –por las dificultades para viajar derivadas de las restricciones impuestas el jueves pasado a raíz de la nube de cenizas arrojada por el volcán Eyjafjalla, en Islandia–, los ministros de Transporte decidieron que a partir de este martes se mitigará, en parte, el caos que impera en prácticamente todos los aeropuertos europeos, incluidos los de los países que no han cerrado su espacio aéreo por la paralización total del flujo de vuelos a norte, centro y este de Europa.

Se decidió que en función de los estudios realizados por los organismos responsables de cada país, se abran parcialmente los espacios aéreos cerrados hasta ahora, sobre todo a los vuelos comerciales. El objetivo principal es movilizar a más de 170 mil personas varadas y, además, trasladar y prestar finalmente el servicio a las más de 6.8 millones de personas afectadas en el viejo continente por la cancelación de 82 mil vuelos.

Se calcula que mañana operará alrededor de 45 por ciento de los vuelos programados, cifra notablemente superior a la de 10 y 20 por ciento de las jornadas previas.

La UE precisó que las medidas adoptadas se acordaron de manera unánime y siempre bajo el consenso de los técnicos para no correr ningún riesgo de seguridad. En la reunión incluso se llegó a poner sobre la mesa una modificación urgente del protocolo con el fin de adoptar el que rige en Estados Unidos, donde la propia aerolínea evalúa el riesgo y decide finalmente si vuela o no.

Gran Bretaña, uno de los países más afectados, anunció además medidas extraordinarias para trasladar a sus ciudadanos repartidos por el mundo: desde la utilización de la flota aérea militar hasta la firma de un acuerdo temporal con el gobierno español para utilizar los aeropuertos de este país para trasladar a sus connacionales al menos hasta el continente.

La Asociación Internacional de Líneas Aéreas (IATA), que agrupa a las 36 principales aerolíneas, defendió su tesis de que la nube de cenizas no afecta tanto los motores como se ha dicho, y presentó informes de los vuelos de prueba que han realizado KLM, Air France, Lufthansa y Air Berlin, que habrían arrojado un resultado similar: no hay evidencias de daños.

IATA también criticó con dureza la actuación de la UE, ya que a su juicio hemos ido suficientemente lejos en esta crisis para expresar nuestro descontento por cómo la han conducido los gobiernos, sin una evaluación de riesgos, sin consultar ni coordinar, y sin liderazgo. Las aerolíneas han insistido en que sus pérdidas ya suman más de mil millones de dólares, a razón de unos 200 millones diarios desde el pasado jueves.

La respuesta fue inmediata y a varias bandas, si bien la más relevante fue la del jefe de operaciones del organismo responsable de la seguridad aérea, Eurocontrol, Bryan Flinn, quien reclamó más tiempo para evaluar con solvencia el impacto de la ceniza en los aviones. Además recordó que el protocolo activado se basa en varios estudios realizados por la aviación militar, en la que “se ha detectado un proceso de vitrificación en los motores de un F16”. Así que insistió en que el espacio aéreo europeo está cerrado por buenas razones.

La argumentación técnica que justifica el celo en los protocolos de seguridad también vino desde Finlandia, donde se realizó un estudio que concluyó que la ceniza compromete la seguridad de los vuelos e incluso se mostraron fotografías en las cuales se ven los daños severos provocados por la ceniza en varios aviones F18.

Siim Kallas, comisario de Transportes y vicepresidente de la Comisión Europea, añadió que los estándares de seguridad no pueden deteriorarse, por lo que no puede haber ninguna transigencia en materia de seguridad, al menos hasta que haya pruebas científicas fiables.

Los vulcanólogos, meteorólogos y geólogos que estudian la zona del volcán bajo el glaciar Eyjafjalla coincidieron en sus conclusiones de que en las últimas horas la emisión que se expande desde el cráter ha disminuido sensiblemente.

Esto vaticina, al menos a corto plazo, un respiro en las restricciones aéreas. Un dato que refleja con nitidez esta mejora es la altura de la nube, que el primer día de la crisis –el pasado jueves– alcanzó 11 kilómetros, mientras hoy ha llegado sólo a 500 metros. Si todo sigue así llegará menos ceniza a Europa y será una buena noticia para los pasajeros, señalaron las autoridades islandesas.

Pero, también en esto coinciden los expertos, los riesgos aún son muchos y latentes: desde la intensificación de los movimientos sísmicos y la actividad volcánica hasta –lo más grave– que el volcán activo estimule a otro que está a un costado, el Katla, de mayor tamaño. Además los expertos advierten que la intensa actividad en la zona puede provocar la salida de más cráteres en el glaciar –que tiene una anchura de 200 metros de agua congelada–, lo que supondría más nubes de cenizas a la atmósfera.

Por la noche se informó que la nube llegó a la costa este de Canadá, pero funcionarios ambientales dijeron que es difusa y se mueve lentamente, por lo que no afectaría los aeropuertos del país.