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En Cuaderno de viaje, el académico acerca al lenguaje de Simurg y Ficciones, de Lavista

Hebert Vázquez busca saldar el rezago teórico de la creación musical del país

Hace falta un esfuerzo por meditar acerca de nuestros compositores actuales, expresó

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En la imagen, Mario Lavista, uno de los compositores vivos más renombrados del paísFoto José Carlo González
 
Periódico La Jornada
Lunes 12 de abril de 2010, p. a13

La escasez de público es sólo uno de los principales problemas que aquejan a la música contemporánea en México. Otro, desde el punto académico, es un rezago de cuando menos medio siglo en cuanto a su análisis y al desarrollo de teorías.

Tal es la apreciación del compositor Hebert Vázquez, una de las figuras más prominentes en el mapa del arte sonoro nacional, quien sostiene que en México hace falta un esfuerzo por meditar acerca de nuestros compositores actuales y nuestra música contemporánea.

Esa conciencia lo llevó hace unos años a realizar el libro Fundamentos teóricos de la música tonal, y ahora lo impulsó a adentrarse en un estudio y análisis mucho más específico: el del trabajo de Mario Lavista, acaso el compositor vivo más renombrado del país.

Ése es, grosso modo, el origen de Cuaderno de viaje: un posible itinerario analítico en torno a Simurg y Ficciones de Mario Lavista, que el también académico y docente acaba de publicar, coeditado por el Centro de Producción Artística y Desarrollo de Michoacán y el Centro Mexicano para la Música y las Artes Sonoras.

Incluido en la colección Cuadernos de Pauta, de la revista Pauta, fundada y dirigida por Mario Lavista, con este volumen Hebert Vázquez no sólo busca coadyuvar a saldar ese rezago que el terreno del estudio y análisis musical tiene hacia sus creadores contemporáneos más renombrados. “Eso –sostiene– es algo que deberíamos comenzar a hacer, aparte de analizar el repertorio internacional.”

También, desde un aspecto más personal, tiene el propósito de saldar una deuda moral con Mario Lavista, luego de que éste fue su maestro en el Conservatorio Nacional y además de enseñarle los fundamentos de la composición, lo adentró en el terreno del análisis musical.

De acuerdo con el autor, el análisis musical es una forma más de audición. Mediante esta práctica, agrega, nos acercamos a una obra con una propuesta auditiva que no es mejor que las demás, ni más fundamentada, sólo es muy particular.

Precisa que esta forma de audición está orientada más a los integrantes del medio musical, sean compositores, intérpretes, investigadores o estudiantes, debido a que son quienes mejor partido puede sacar a ese ejercicio, al permitirles entender el lenguaje de un autor, sus motivos, el empleo de técnicas y recursos.

Hebert Vázquez comenta que en Cuaderno de viaje está centrado en analizar dos obras específicas de Lavista: Simurg y Ficciones, debido a la singularidad de rasgos que éstas comparten, además de que ambas representan una especie de paréntesis en un momento en que el autor había alcanzado la madurez en su lenguaje, a principios de la década de los 80 del siglo XX, con la realización de Canto del alba para flauta.

Esta última es una obra paradigmática, pues en ella aparece como de golpe el lenguaje maduro de Lavista, con el empleo de técnicas de sampleado, recursos neoinstrumentales, sonoridades inusitadas, indica. Hay toda una experimentación del instrumento, que será una característica de la obra madura de Lavista a lo largo, sobre todo, de la década de los 80.

Imaginario borgiano

Sin embargo, “me llamó mucho la atención que en Simurg y Ficciones no aparece esa exploración; son una especie de paréntesis. Eso es debido a varias razones”, si bien las principales son que, para Simurg, el pianista Gerhart Muench le pidió a Lavista que limitara su escritura al teclado, mientras para Ficciones, escrita para orquesta, fue el autor quien se limitó en aras de que esa obra no fuera tocada sólo el día del estreno, por representar altas dificultades técnicas en su interpretación.

De acuerdo con Hebert Vázquez, gracias al análisis vertido en el libro pueden encontrarse vinculaciones muy profundas entre Simurg y Ficciones, pero también entre el imaginario de Jorge Luis Borges y Mario Lavista, quien consideraba al escritor argentino el más grande en lengua española.

De hecho, los títulos de ambas piezas están tomados de la obra borgiana, agrega el compositor, quien sostiene que el pensamiento muy refinado de Borges encuentra su símil en el refinamiento estructural, de ideas y expresivo de Lavista.

Rubrica: Mario Lavista es un compositor que además se mueve siempre al borde del silencio. Es un compositor de lo sutil, no de las grandes pasiones desatadas, sino de la expresión a través de la sutileza. Su música siempre se va a presentar de manera muy íntima, muy refinada, muy borgiana en ese sentido, a través de perforar el silencio más que de exclamar.