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La batalla contra el crimen es a largo plazo, pero ganaremos, dice

Calderón: paulatina, la salida del Ejército en Ciudad Juárez

Evita dar un comentario específico sobre la portada de Proceso

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El presidente Felipe Calderón recibió en Los Pinos al primer ministro de Noruega, Jens StoltenbergFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Sábado 10 de abril de 2010, p. 10

El presidente Felipe Calderón aclaró que el Ejército Mexicano no se retira de Ciudad Juárez, porque en la nueva etapa, que involucra también al resto del país, los militares transferirán el combate a la delincuencia de manera paulatina a las autoridades civiles.

Cuestionado sobre los señalamientos del secretario de la Defensa Nacional, Guillermo Galván, de que el Ejército permanecerá 10 años más en las calles, Calderón afirmó ayer que esta batalla es de largo plazo y la vamos a ganar, pero implica costos de recursos y de vidas, que estamos dispuestos a enfrentar para ver a México como un país plenamente seguro.

Cuando se le pidió su opinión sobre la publicación de una foto del narcotraficante Ismael El Mayo Zambada en la portada de la revista Proceso al lado del periodista Julio Scherer, declinó hacer un comentario específico y reiteró que combate por igual a todos los grupos criminales.

Mi gobierno combate sin distingos y sin cuartel, y por esa razón habrá algunos que se sientan acosados, perseguidos de la criminalidad, aseveró en el pórtico de la residencia Miguel Alemán, donde ofreció una rueda de prensa junto con el primer ministro de Noruega, Jens Stoltenberg, para guarecerse de la lluvia.

Calderón aprovechó para exhortar al Congreso de la Unión a que resuelva en un sentido o en otro, pero ya, la iniciativa del Ejecutivo que define los campos de participación de las policías y de las fuerzas armadas.

Aunque aseguró que el Ejército cumple su propósito establecido en la Constitución de preservar tanto la soberanía como la seguridad interior del país, reconoció que es indispensable regular con claridad y nitidez cuáles son sus atribuciones y mecanismos de colaboración con las autoridades civiles.

También pidió que los legisladores desahoguen otras iniciativas en materia de seguridad, como la que propuso para imponer cadena perpetua a los secuestradores que asesinen o mutilen a sus víctimas.

Nueva etapa

En relación con el retiro del Ejército de Ciudad Juárez, Calderón señaló que su gobierno inició una nueva etapa que propiciará una transición paulatina del respaldo de las fuerzas armadas involucradas en operativos conjuntos –como el de esa urbe– hacia autoridades civiles.

Dejó en claro que el objetivo de trasladar la valiosa ayuda que prestan las fuerzas armadas es gradual y a largo plazo, pero necesario, dado que las autoridades civiles son las primeras responsables y encargadas de la seguridad pública.

Pero insistió: “Quiero recordar por una parte que eso no implica que el Ejército se retire de Ciudad Juárez. Ellos, los militares, las fuerzas federales, las fuerzas armadas, seguirán ahí, respaldando precisamente a las fuerzas civiles, acudiendo a los operativos donde sean llamados como respaldo de la fuerza civil”.

Además, vigilarán lugares críticos y estratégicos, como la frontera y los aeropuertos.

En la medida en que se fortalezcan las capacidades operativas de los cuerpos policiacos, dijo que transferirán la responsabilidad a la Policía Federal, después a la estatal y por último a la municipal.

Calderón reiteró lo dicho en otras ocasiones: la llegada de las fuerzas federales no provocó la violencia en Ciudad Juárez, sino al revés.

Aunque anunció estos cambios en su estrategia de lucha contra la delincuencia, defendió su decisión de que los militares se hayan involucrado en tareas de seguridad pública, porque se trata de un problema de décadas.

Calderón insistió que los índices de criminalidad no corresponden a muchas versiones de lo que se dice de México.

Pese a las críticas que han suscitado sus comparaciones entre los índices de criminalidad de México y el resto de América Latina, volvió a citarlos, y añadió esta vez que el país está en la cuarta parte de naciones con menores índices de homicidios por cada cien mil habitantes.