Opinión
Ver día anteriorDomingo 4 de abril de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
¿La Fiesta en Paz?

O todos coludos o todos rabones

L

a vieja frase sugiere un trato menos disparejo para todos, un mismo rasero con el cual juzgar a presuntos culpables y a supuestos inocentes. Sin embargo, ante el grave retroceso mental e institucional que vive el país, conceptos como sensatez, sentido común, lógica, objetividad o discernimiento se volvieron artículos de lujo, tanto para los políticos como para el resto de los especialistas, pues la desneuronización es general.

En este sentido, hubo quienes se pasaron a molestar cuando afirmamos que México se había convertido en el país taurino más tonto del mundo o en el Hawai taurino de las figuras extranjeras por la comodidad con que éstas actúan hace años en el país del bicentenario de su Independencia y el centenario de su Revolución, que no de su soberanía.

Luego de al menos dos décadas de padecer en México sistemáticos abusos de los ases españoles, por fin algunas voces, no sin enfoques sesgados e inoportunas omisiones, comienzan a alzarse, como lo ha hecho La Jornada, para llamar la atención ante el proceder de estas figuras ventajistas, comodinas y sobre todo ¡realistas!, pues en el país de la falsa lucha contra el narco nadie, ni siquiera el narco, los obliga a torear toros con edad y trapío, a diferencia de lo que ocurre en el resto de los países taurinos del orbe.

Con relación a los toreros extranjeros, un cronista famoso escribió: Vienen con demasiada comodidad exigiendo encierros terciados y desprovistos de bravura, pero eso sí, cobrando mucho dinero y atando de manos a los empresarios que necesitan de ellos para llevar público a los tendidos, pues los nuestros interesan poco.

¿A quién atan de manos esos malvados toreros extranjeros? ¿A empresarios soberbios pero dependientes y acomplejados que no se han preocupado por generar una torería nacional competitiva y atractiva? ¿Su capacidad de negociación abarata el dinero que pagan a los diestros importados? ¿En el bajo precio de ese ganado terciado está su margen de ganancia o de plano es lo único que aceptan torear aquí estos ases de la torería? ¿Los ganaderos mitoteros hacen a las empresas un precio muy especial con tal de que sus dóciles novillones sean lidiados por los antojadizos astros? ¿Las autoridades reciben estímulos de las empresas con tal de aprobar estas caricaturas de toros?

Foto
El Juli, supuestamente el nuevo verdugo de la fiesta brava de México, al decir de algunos especialistasFoto Notimex

Un nuevo programa taurino en Canal 40, conducido por Luis Niño de Rivera y Juan Antonio Hernández, denunció a Julián López El Juli el pasado lunes, acusándolo de burlarse de la fiesta brava de México por prestarse a lidiar chivos de prestigiadas ganaderías luego de enfrentar toros hechos en el resto del mundo.

De nuevo el rábano por las hojas, el añejo hábito mexicano de culpar a otros, de responsabilizar a los de fuera de nuestras propias negligencias e ineptitudes. Junto con El Juli, apapachado por la crítica mexicana desde novillero y convertido en el Mozart del toreo por algunos exaltados, están los inefables empresarios mexicanos, sus ganaderos proveedores de chivos y sus empleados jueces de plaza. ¿Nombres que olvidaron los taurinos de Canal 40 cuando se le fueron al cuello al sobrevaluado Julián? Rafael Herrerías, Pedro Haces, José María Arturo Huerta y Marco Castilla, dependientes empresarios de las plazas México, de Tuxtla Gutiérrez, Puebla y Texcoco respectivamente. Por su comodina parte, Ponce, El Juli, José Tomás, Castella y Hermoso hacen en México lo que les da la gana porque empresas, autoridades, crítica y público se los permiten. No se pierda mañana la más reciente radiografía de un empresario.