La generación actual de jóvenes mexicanos tiene dos veces mayor riesgo de padecer algún trastorno mental, depresión principalmente, a causa del estrés postraumático que dejan los hechos de violencia que se viven en el país, aseguró María Elena Medina Mora, directora del Instituto Nacional de Psiquiatría. A ello se agrega el hecho de que en las pasadas dos décadas se triplicó el número de suicidios de personas de 14 a 24 años de edad, señaló Jesús del Bosque, del Hospital Infantil de México, quien explicó que entre las causas de que los jóvenes decidan quitarse la vida está la violencia intrafamiliar padecida en la infancia. Aseguró que estas experiencias en el hogar afectan sensiblemente el desarrollo de las personas.

Ambos especialistas participaron ayer en el simposio Depresión: el conocimiento, tu mejor herramienta, organizado por la Federación Mundial para la Salud Mental y la organización civil Voz Pro Salud Mental.

Medina Mora resaltó que los padecimientos mentales representan la primera carga de enfermedad crónica entre las mujeres y la cuarta en los hombres, pero sólo 19 por ciento de los pacientes sigue algún tipo de tratamiento médico.

Advirtió sobre la importancia de que se garantice el acceso a las medicinas que controlan las afecciones mentales, sobre todo entre los afiliados al Seguro Popular, esquema que no incluye la atención de estos padecimientos.

De hecho, en materia de atención siquiátrica México se distingue porque la mayoría de los pacientes debe recurrir a hospitales de alta especialidad para recibir la atención médica que requiere, mientras en países desarrollados este servicio está disponible en las unidades del primer nivel (clínicas familiares o centros de salud).

Sobre el vínculo de la depresión con la violencia, la experta comentó que la primera manifestación es el estrés postraumático en las víctimas directas de delitos como la violación sexual, acoso o secuestro, por ejemplo. Este problema también lo padecen las personas cercanas y testigos de estos acontecimientos.

Asimismo estimó que de 3 a 4 por ciento de la población padece estrés postraumático, de la que una tercera parte evoluciona a depresión severa, con el consecuente riesgo de las complicaciones, sobre todo suicidio.

Explicó que algunos síntomas del estrés postraumático, prácticamente imposibles de superar de manera individual, son la dificultad para dormir o despertar muy temprano, cambios de peso corporal sin justificación, dificultad para tomar decisiones y enfrentar la vida diaria.

Debido al clima de violencia que se vive en el país, en la actualidad se ha observado un incremento en los niveles de estrés de la población, principalmente entre los jóvenes con relación a generaciones anteriores. Las enfermedades mentales son manifestaciones de ese problema, apuntó.

Por su parte, el doctor Jesús del Bosque comentó que la mayor prevalencia de depresión se da en adolescentes (5 por ciento) y los suicidios se presentan en tres por cada 100 mil habitantes, de acuerdo con cifras oficiales, pero el problema podría ser mayor porque muchos casos se reportan como accidentes.

Destacó la importancia de tratamiento farmacológico, con el cual se logra una mejoría en 61 por ciento de los casos, y cuando forma parte de una atención integral, que incluye la terapia sicológica, alcanza a 71 por ciento de las personas de 12 a 17 años de edad.