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Sí hay relación causa-efecto, afirman especialistas reunidos en conferencia anual en Atlanta

Confirman vínculo entre variación bursátil e incidencia de infartos

Dan a conocer nueva técnica no quirúrgica para reparar la válvula mitral

Otro estudio revela que la ablación criogénica es lo mejor para el tratamiento de arritmias auriculares

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Esta ilustración, dada a conocer por los laboratorios Abbott, muestra el MitraClip montado en el extremo de un cateter. El clip es una pinza común cubierta de tela que se inserta en el torrente sanguíneo a través de la ingle, prensa las dos alas de la válvula mitral y mantiene la cámara principal de bombeo del corazón a salvo de retraerse hacia la cámara más pequeña en la parte superiorFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Martes 16 de marzo de 2010, p. 2

Atlanta, 15 de marzo. Una relación de causa-efecto entre las fluctuaciones bursátiles y la tasa de ataques cardiacos ha sido el motivo de un estudio preliminar realizado en Estados Unidos y revelado este fin de semana, en la 59 conferencia anual del Colegio Estadunidense de Cardiología, que se inició el fin de semana y concluye este martes, el cual reúne a unos 30 mil cardiólogos investigadores y representantes de todos los grandes laboratorios farmacéuticos este fin de semana en Atlanta.

Al analizar los resultados de exámenes de corazón en pacientes, durante el reciente periodo de fuerte volatilidad en los mercados, hemos constatado que el número de infartos parece aumentar cuando la bolsa baja y disminuye cuando se muestra en alza, explicó Mona Fiuzat, doctora en farmacia del Centro Médico de la Universidad de Duke en Durham, Carolina del Norte, principal autora de estos trabajos.

En tanto que otros estudios más acabados deberán realizarse para examinar el vínculo entre las fluctuaciones bursátiles y la incidencia de infartos, es importante que los médicos sean conscientes del hecho de que las fuentes de estrés socioeconómico podrían potencialmente afectar a sus pacientes, precisó Fiuzat.

Los investigadores analizaron los resultados de exámenes cardiacos de pacientes admitidos en el hospital de Duke entre enero de 2006 y julio de 2009, y utilizaron la información del banco de datos de enfermos cardiovasculares del centro médico universitario.

Retuvieron los datos de los pacientes que habían tenido un infarto en los tres días previos a someterse a un cateterismo cardiaco, examen consistente en introducir una sonda en una vena para explorar las cavidades del lado izquierdo del corazón, y medir la presión sanguínea y la tasa de saturación de oxígeno en sangre.

Todos esos datos fueron comparados de inmediato con las fluctuaciones bursátiles cotidianas durante el mismo periodo.

Pese a estudios precedentes que demostraron que el estrés mental y derivado de acontecimientos traumáticos, como los ataques del 11 de septiembre de 2001, o el ciclón Katrina, pueden conducir a un aumento del riesgo cardiovascular, existía poca información específica sobre una correlación entre diferentes situaciones económicas y la incidencia de accidentes cardiacos, destacaron los investigadores.

Los resultados de éste último estudio parecen confirmar los de los estudios anteriores, observó la doctora Fiuzat, para quien informarse de las técnicas y estrategias de control de estrés podría ser útil, en especial para las personas que tienen riesgo elevado de padecer enfermedades cardiovasculares.

Resultados comparables

En este encuentro se dieron a conocer los resultados de una nueva técnica no quirúrgica que evita una cirugía a corazón abierto. Ésta permite reparar de forma eficaz, con ayuda de un pequeño gancho, la falla de la válvula mitral. El Estudio de Reparación de Válvula Endovascular (Endovascular Valve Edge-to-Edge Repair Study, EVEREST), fue realizado en 279 pacientes en Estados Unidos y Canadá para comparar la eficacia de este procedimiento –llamado MitraClip– con el de la cirugía clásica.

El MitraClip, una suerte de alfiler de gancho, se introduce por un catéter a través de la arteria femoral y permite mantener en su sitio la válvula mitral, y así evita fugas sanguíneas. Esta válvula separa la aurícula izquierda del ventrículo izquierdo del corazón.

Como médicos, hemos visto a nuestros pacientes transformados, capaces de funcionar tras este procedimiento sin una larga hospitalización o un largo periodo de recuperación, explicó el doctor Ted Feldman, de la Universidad North Shore de Evanston, Illinois, quien condujo el estudio.

Después de un año, la eficacia clínica del MitraClip y de la cirugía de reparación de la válvula a corazón abierto fueron consideradas comparables, en función de la mortalidad, de un nuevo mal funcionamiento de la válvula mitral o de fugas sanguíneas importantes.

Según estos criterios, el éxito clínico de MitraClip se observó en 72.4 por ciento de los pacientes tratados con esta técnica, en comparación con 87.8 por ciento de los logrados por medio de la cirugía a corazón abierto.

Sin efectos secundarios severos

La extirpación criogénica de la zona responsable de una anomalía eléctrica en el origen de la fibrilación auricular, la arritmia cardiaca más frecuente, es, por mucho, el mejor tratamiento, según otro informe presentado en Atlanta.

Este estudio, llamado STOP-AF fue realizado a 228 pacientes en Estados Unidos y Canadá, en los que se comparó la eficacia y riesgos de este procedimiento con los de los medicamentos antiarritmia convencionales.

Los resultados mostraron que un año después del procedimiento no quirúrgico, casi 70 por ciento de los pacientes tratados ya no sufrían arritmia auricular, contra sólo 7 por ciento en el grupo testigo tratado con medicamentos, cuyos efectos secundarios pueden ser severos, indicó Douglas Packer, doctor de la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota, principal autor del estudio.

Este procedimiento, que dura menos de tres horas, consiste en introducir un pequeño globo en la aurícula izquierda del corazón con ayuda de un catéter en una vena. Este globo se llena con un líquido enfriado a muy baja temperatura para destruir por criogénesis los tejidos en los que está la anomalía eléctrica.

Sólo poco más de 3 por ciento de las personas del estudio tratadas de esta forma sufrieron complicaciones graves, y en casi todas se solucionó el problema en los siguientes de 12 meses.