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La bailarina y Raúl Fernández salen de El lago de los cisnes

Sandra Bárcenas se despide feliz de haber hecho feliz a la gente
 
Periódico La Jornada
Lunes 15 de marzo de 2010, p. a14

En estos tiempos de desesperanza ante la crisis económica y el predominio de la inseguridad y la violencia en México, espectáculos artísticos como el ballet El lago de los cisnes –en el que por cierto sí gana el bien sobre el mal– representan para los ciudadanos una dosis de espiritualidad, esperanza y felicidad.

Tal reflexión surge de planteamientos de Sylvie Reynaud, directora artística de los más de 120 bailarines en escena que presen esta coreografía en la isleta del Bosque de Chapultepec.

A todos nos gusta ver, y escuchar, y sentir cosas bonitas. Y no precisamente siempre estamos en un cuento de hadas, pero,  si uno tiene la oportunidad de salirse un poco de la realidad y ver algo hermoso, pues eso es un alimento para  el alma, dijo Reynaud en un salón de ensayos de la sede de la CND.

Acompañada de Carlos López, el regisseur, la maestra Natasha Lagunas y los primeros bailarines Sandra Bárcenas y Raúl Fernández, Reynaud agregó: “No tenemos que estar siempre en lo malo, tenemos que evadirnos de alguna forma. El lago de los cisnes es una propuesta superbuena para sentirse bien y salir con un sentimiento de alegría, esperanza y felicidad.”

Aparte de estrenar vestuario, esta temporada 34 de la tradicional y singular puesta coreográfica mexicana al aire libre se caracteriza por un sentimiento de melancolía ante la despedida de los escenarios de Sandra Bárcenas (el cisne blanco Odette) y Raúl Fernández (el príncipe Sigfrido), quienes se retiran tras dos décadas en la CND y 15 años en los papeles protagónicos.

Dedicar esta temporada a la pareja de bailarines en su despedida es un reconocimiento a sus muchos logros en estos años, pero también algo que provoca tristeza, porque ya no veremos la calidad de su dominio y expresividad artística en su interpretación, por ejemplo, de Odette y Sigfrido, comentó Reynaud, y agregó: Sandra y Raúl han logrado crear seguidores para ellos y para la danza en México. Han sido muy importantes para la danza en el país. Es una carrera muy difícil y pocos pueden llegar a ser primeros bailarines.

Entrevistado por La Jornada, Fernández explicó que hay mucha gente que viene detrás y quiere una oportunidad en los papeles protagónicos, y que a sus 42 años de siente bien, pero que no es lo mismo que hace 20 años. Me siento fuerte y con elasticidad, pero hay un desgaste normal del cuerpo, el cual ya comienza a reclamar y a doler, comentó el bailarín.

Durante el anuncio de su despedida, él y ella compartieron las emociones; Bárcenas dijo, con el ejemplo de El lago de los cisnes, que ha sido feliz de haber hecho feliz al público, sobre todo a los niños. Y en el caso de su papel en esta coreografía, agregó que se requiere mucho entrenamiento para que la magia sobresalga a la rigidez.

Odette es muy sutil y sensual, y hay una gran exigencia técnica para poder separar la fuerza que se requiere en pies y piernas de la suavidad de brazos y cabeza, señaló.

Pareja en el ballet y en la vida real, incluso con dos hijos, Bárcenas y Fernández continuarán en el mundo de los giros, saltos y desplazamientos mediante la enseñanza y, sobre todo, a través de su revista Danza, pasión y movimiento, que dirigen.