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Se unieron a la protesta policías, bomberos y comunicadores

Colapsa a Grecia el segundo paro contra medidas anticrisis

Sólo funcionó una línea del metro para transportar a los huelgistas

Papandreou se mostró comprensivo pero dijo que no hay dinero

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Grupo de jóvenes enmascarados incendian y golpean un auto durante la manifestación que recorrió Atenas para protestar contra los planes de austeridad del gobiernoFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Viernes 12 de marzo de 2010, p. 29

Atenas, 11 de marzo. Grecia quedó paralizada por un segundo paro nacional en rechazo a las medidas de austeridad decididas por el gobierno, a causa de la grave crisis financiera que vive el país y que amenaza con desestabilizar la eurozona.

La huelga de 24 horas convocada por sindicatos afectó el transporte público, sobre todo en la capital, Atenas, y Salónica (la segunda ciudad en importancia), así como colegios y hospitales, que funcionaron al mínimo nivel. A la protesta se sumaron trabajadores del sector público y privado, incluidos bomberos y policías, además de comunicadores.

Durante las manifestaciones hubo enfrentamientos entre la policía y grupos de jóvenes que se se colaron en los contingentes y lanzaron bombas molotov, piedras y trozos de mármol, por lo que la policía utilizó gases lacrimógenos para disipar a la multitud.

Según los organizadores de la huelga nacional, unas 50 mil personas marcharon por las calles de diversas ciudades para protestar contra los recortes a los salarios de los funcionarios, los aumentos de impuestos, la congelación de las pensiones y los planes para elevar la edad de jubilación.

Trabajadores de los sectores público y privado se sumaron a la protesta, entre ellos centenares de agentes de policía, guardacostas y bomberos, quienes tocaron tambores y corearon consignas antigubernamentales como no pagaremos por la crisis.

Hoy no hubo noticias en la televisión y radio griegas, porque los periodistas también acudieron a las movilizaciones y este viernes tampoco se publicarán periódicos.

El transporte público fue uno de los sectores más afectados por la huelga. Desde la medianoche los transportes tanto aéreos como marítimos estaban paralizados y los servicios ferroviarios interrumpidos. Sólo una línea del metro funcionó en Atenas para permitir a los huelguistas dirigirse a las manifestaciones organizadas por los sindicatos, que representan a la mitad de los 5 millones de empleados del país. Los otros transportes urbanos, como autobuses, trolebuses y tranvías, no dieron servicio.

Los hospitales públicos funcionaban sólo con personal de emergencia; la huelga provocó el cierre de las escuelas y de la administración pública, mientras los bancos y las grandes empresas del sector público funcionaban a ritmo mínimo. Además, la basura permanece amontonada en las calles porque los servicios de recolecta secundaron el paro.

Ante la oleada de huelgas, el primer ministro Georgios Papandreou mostró comprensión por el descontento ciudadano, pero dijo que simplemente no hay dinero. Analistas prevén que en caso de que continúe la agitación civil es posible que el gobierno no ponga en práctica las nuevas medidas de austeridad anunciadas la semana pasada, las cuales incluyen la suspensión de contrataciones en los servicios públicos, la reducción de salarios y el aumento de dos puntos, a 21 por ciento, del impuesto al valor agregado. Los gravámenes al tabaco, alcohol y combustibles subieron por segunda vez en pocas semanas y el aumento es cercano a 20 por ciento.

Parte de la población considera que el recorte de 4 mil 800 millones de euros es injusto, y dicen que va dirigido a la gente equivocada, en un país donde la corrupción y la evasión de impuestos están extendidos.

Las medidas son injustas. No podemos hacerlo, tenemos niños, familias. Necesitamos encontrar dinero para mantenerlos, dijo Odysseas Panagopoulos, trabajador del sector sanitario de 60 años. Los bancos y los ricos deberían pagar por la crisis, dijo.

Violencia

Unos 200 jóvenes enmascarados se introdujeron en el cortejo de una de las movilizaciones y arrojaron bombas molotov, piedras, palos y pedazos de mármol desprendidos de los escalones del Banco de Grecia contra elementos de seguridad. La policía respondió lanzando gases lacrimógenos. Los enmascarados también rompieron cristales de tiendas, bancos y cafeterías, ante la impotencia de los comerciantes que trataban de cerrar sus negocios. Dos agentes de policía resultaron heridos en los enfrentamientos y 16 manifestantes fueron detenidos.