¿Para qué sirve conocer más sobre historia, economía, inglés y globalización en la
formación de un ingeniero?1


Foto: Energía eólica, www.sxc.hu

José Ignacio Castillo Velázquez

No pocas veces he escuchado, tanto en el sector académico como en el empresarial, que muchos estudiantes de ingeniería en las universidades, así como egresados en las empresas, cuestionan varios de los cursos que toman o tomaron durante su formación profesional, por ejemplo y en diferente medida: historia, economía, inglés y globalización, considerándolas como incompletas, insuficientes o poco atractivas, opiniones que nos indican una falta de formación sistémica, alentada por el sistema educativo imperante en México. Quizás una reflexión como la siguiente nos permita entender el importante papel de las áreas anteriormente mencionadas en la formación de un ingeniero.

En la actualidad, cuando ponderamos avances científicos, pero sobre todo tecnológicos, pensamos en China e India, países con el mayor crecimiento. Y cuestionándonos acerca de qué ha originado tal ascenso, nos encontramos con que es resultado de muchísimos factores, uno de ellos es que no han liberalizado la movilidad de capitales y de comercio, conservando muchas políticas proteccionistas, lo que les genera un alto crecimiento, indicado por su pib. Pero también, el crecimiento de China e India se debe a que sus gobiernos miraron primero el crecimiento interno de sus países, mismo que se dio incluso mucho antes de la expansión de su comercio exterior; China e India hicieron lo que Japón desarrolló décadas antes. Como se sabe, en las décadas de los sesenta y setenta los productos manufacturados por Japón eran en general tan malos como los hechos actualmente en China, pero el impulso interno nos indicaba que habían identificado al mejor productor de tecnología, lo estaban igualando y en la década de los ochenta ya eran los mejores. Eso mismo es lo que China e India hacen en la actualidad mediante el impulso en general a la educación, pero principalmente en ciencia y tecnología; ahora se encuentran en la etapa de igualar al mejor y no tardarán en superarlo, es sólo cuestión de tiempo. Antes las mercancías chinas eran defectuosas, ahora empezamos a encontrar varios artículos de buena calidad y en no mucho tiempo se tendrán productos chinos de excelente calidad. Es normal, es un proceso.

Otro buen ejemplo, aunque es un campo limitado a la energía eólica, es España. En el 2000, el gobierno español le apostó a la producción de aerogeneradores y al aprovechamiento de energía eólica, para 2006 ya era el país que producía y vendía más aerogeneradores en el mundo, a partir de políticas proteccionistas y de favorecer una política de Estado a este tipo de tecnologías, insertándose fuertemente en el mercado latinoamericano, dentro del marco de lo que se ha llamado la reconquista económica de Latinoamérica.

Hace tiempo para hacer ciencia y tecnología en China e India, se importaban equipos y materiales (como siempre se ha hecho en México), sus gobiernos impulsaron áreas estratégicas para el desarrollo tecnológico (como no se ha hecho en nuestro país), sustituyeron parcialmente las importaciones de equipos científicos y tecnológicos, ahora las desarrollan y exportan.

El aprendizaje del idioma inglés, el idioma de la ciencia y la tecnología, fue factor clave para la transferencia tecnológica y su posterior desarrollo en China.

China e India son ejemplos de países que han analizado, entendido y trabajado gradualmente para abatir las causas del subdesarrollo; sus niveles de desigualdad de renta han disminuido de manera importante, mientras que en Gran Bretaña se incrementó en los últimos años, colocándole como el país de la Unión Europea con mayor desigualdad en ese rubro, y qué decir de los EU que en 2005 alcanzaron el nivel de desigualdad de renta que tenían en 1929, cuando comenzó la gran depresión mundial.

Por lo pronto, cientos de empresas extranjeras han cerrado sus filiales en México, y se proyecta que lo hagan muchas más para lo que resta del año, mientras que por otro lado empiezan a llegar a México empresas chinas e indias para enseñarnos cómo generar empleos; eso sí, requieren inglés indispensable. En fin, esa falta de pensamiento sistémico hace pensar a la mayoría de los latinoamericanos que la actual crisis financiera mundial es reciente, cuando en realidad se veía venir, y que en los EU empezó formalmente en 2007, pero qué decir, cuando pareciera que ni los actuales gerentes del país, que estudiaron en Chicago, lo vieron venir. ¿O quizá sí?

José Ignacio Castillo Velázquez es profesor de la academia de Ingeniería, CCyT, UACM

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1. Artículo originalmente publicado en Imagin@. Un portal hacia el conocimiento científico y tecnológico, Colegio de Ciencia y Tecnología, UACM, vol. 1, núm. 1, 2009

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