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Benedicto XVI ya no tiene excusas para aplicar mano firme, sostiene Bernardo Barranco

Las denuncias de sus hijos revelan que la Iglesia protegió a Maciel: expertos

El estigma del ex líder legionario enloda al Papa y al propio sacerdote, dice una víctima

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El 11 de septiembre de 2007, representantes de grupos civiles dieron a conocer parte de las acusaciones por abusos sexuales contra integrantes de los legionarios de CristoFoto Guillermo Sologuren
 
Periódico La Jornada
Jueves 4 de marzo de 2010, p. 5

Especialistas en religión y ex víctimas de abuso sexual de Marcial Maciel coincidieron en señalar que lo relatado por los hijos del sacerdote mexicano revela el encubrimiento que las altas esferas católicas le otorgaron al fundador de la Legión de Cristo.

Bernardo Barranco consideró que el Vaticano ya no tiene excusa alguna para aplicar mano firme en este caso; esto significa refundar o desaparecer la orden religiosa. En entrevista, manifestó que en el caso Maciel hay una dimensión patológica que va más allá de todo lo que habíamos imaginado. Del abuso sexual a menores, de dimensión pedófila, a un personaje que permanentemente vive en la mentira y eso los siquiatras podrán caracterizarlo como personaje absolutamente enfermo y peligroso.

Pero la peligrosidad de esta persona, apuntó el sociólogo, “deja ver que su estructura inmediata (la Legión de Cristo) a todas luces tolera, solapa delitos gravísimos y finalmente se convierte en cómplice. Es un grupo que debería rendir cuentas ante Dios, la Iglesia y la justicia. Las autoridades deben intervenir.

No sólo hay cuestión de sanción moral o conducta de complicidad, sino que desde el punto de vista jurídico hay complicidad, y se hacen copartícipes de los delitos cometidos por Maciel a lo largo de décadas.

Incluyó al director general de la Legión de Cristo, Álvaro Corcuera, y al Vaticano. No puede hacer oídos sordos a lo que este nuevo caso nos abre. Benedicto XVI no puede fingir demencia o desconocimiento, porque él, como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, sabía y tiene completo el expediente de los legionarios.

Por tanto, agregó Barranco, si hay una persona que conoce a fondo las denuncias y los alegatos de defensa es el actual pontífice, y no tiene excusa para no actuar de manera firme en el caso.

Significa, sostuvo, refundar o desaparecer ese grupo. Me inclino por la primera (opción). Cambiar la mesa directiva y llamar a una especie de concilio interno de los legionarios, donde se establezcan nuevas bases, teniendo como soporte el informe que elabore el grupo de visitadores encargados de auditar a la orden.

La gravedad de los abusos internos, de las historias dramáticas que existen en la vida religiosa de los legionarios va a plantear la magnitud de las medidas que adopte el Papa.

En consecuencia, advirtió, probablemente la suerte de la actual directiva de la orden está prácticamente sentenciada. Lo percibí cuando semanas atrás hubo arrepentimiento y solicitud de personajes pidiendo perdón a las víctimas, como tratando de suavizar que el problema estaba en Marcial Maciel y no alrededor de ellos mismos.

Carlos Martínez García sostuvo que la entrevista de Carmen Aristegui con la familia que formó Maciel en México confirmó que hubo ocultamiento del sacerdote, de quienes lo rodeaban y de las altas esferas católicas sobre la doble vida que llevó el prelado y los excesos que cometió.

Decidieron encubrirlo para hacer un control de daños, pero todo se salió (justamente) de control desde hace mucho y cada vez aparece más información.

Consideró que cuando concluya la auditoría ordenada por el Vaticano a la orden, institucionalmente se va a seguir protegiendo un proyecto tan cercano. Yo no espero mucho, sólo una apariencia de estar preocupados y querer hacer algo.

José Barba, uno de los primeros ex legionarios en denunciar abusos sexuales cometidos por Maciel, habló de pecado estructural en la visión de Cristo, que está dispuesta a continuar tratando de dar la impresión de pedir perdón, acompañar a víctimas. Un esquema que para nosotros es muy transparente, la verdad no crece porque se diga a muchos. En cambio, el engaño sí, porque se ve la intención de hacia dónde se dirigen. Afirmó que no espera de la jerarquía católica una decisión tajante sobre el caso. Hablan de reparación como si fuera perdón y se comportan con suma irresponsabilidad.

Alejandro Espinosa, otra víctimas del sacerdote mexicano, afirmó que Benedicto XVI es cómplice de Maciel. Lo veo como traidor e hipócrita, porque no hizo nada con las denuncias que conoció. A la investigación que ordenó no le veo más sentido que indagar los alcances económicos de la legión... Aparte de lavarse la cara, este estigma de Maciel los enmierda a los dos (al Pontífice y al fallecido religioso) y a muchísima gente.