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Ambulante proyecta el primer documental de Nuria Ibáñez

Miseria y dignidad, dualidad del circo presente en La cuerda floja

La fotografía de Ludlow Deloya recibió elogios de la crítica

Foto
El transporte y hogar de los integrantes del Circo Aztlán
 
Periódico La Jornada
Domingo 21 de febrero de 2010, p. 9

Por los alrededores de Texcoco viaja el Circo Aztlán, integrado por una familia que, con la ayuda de las comunidades por las que pasa, hace todo por mantener viva su tradición cirquera. Con enorme dignidad y en condiciones de miseria, presentan sus actos de acrobacia, de malabarismo, de payaso y con perros y un caballo ante públicos que muchas veces ni siquiera llegan a la decena de personas.

El documental La cuerda floja (2009), de Nuria Ibáñez, que se proyecta en la gira de documentales Ambulante, presenta la belleza y la precariedad, las contradicciones en las que llevan a cabo su arte, encabezados por Marce, el padre, descendiente de una familia de ocho generaciones de cirqueros.

La directora conoció el circo hace casi ocho años. En un principio se acercó para hacer un reportaje para la revista Luna Córnea. En ese momento la familia estaba en un largo receso porque durante una tormenta se había roto una lona y la estaban arreglando a mano.

Luego, mientras Ibáñez estudiaba guión en el Centro de Capacitación Cinematográfica, arrancó el proyecto del documental.

En un principio, me fascinó lo que está en la superficie, su tenacidad por sacar adelante el circo, su empuje y la fe en lo que hacían, contó, en entrevista la cineasta, quien antes trabajó como periodista.

Logró tener gran cercanía con la familia, integrada por Marce, Adriana y sus hijos Mario y Jacqueline, además de su novio, Carmelo.

Le interesó especialmente la imagen que tienen de sí mismos como artistas: aunque no haya un solo espectador, ellos se sienten realizados cada vez que salen a la función, porque se sienten estrellas. Sin embargo, según Ibáñez, son buenos desde el punto de vista técnico, (pero) ser artista no significa hacer bien las cosas, sino tener la necesidad de expresarse.

La cinta refleja el gran orgullo que sienten por el oficio. No es lo mismo ser secretaria, trabajar en una fábrica o ser comerciante, que ser cirquero. Es una cosa que se lleva en la sangre y que debe asumirse con dignidad, aunque implique un esfuerzo titánico y no alcance ni para agujetas nuevas.

Tienen vidas periféricas en la periferia. No es lo mismo estar en provincia, donde quizá podrían tener más público, que en esa periferia, relegados a la competencia de Los Hermanos Vázquez y otros tipos de espectáculo, dijo Ibáñez.

Para sobrevivir, dan funciones para escuelas. Los terrenos a veces los consiguen a cambio de funciones o de módicas rentas. Los vecinos les ayudan a conseguir agua y muchas veces les llevan comida.

“El espectáculo resulta obsoleto. Ese es el contraste todo el tiempo: cómo viven cada show. En ningún momento los vi tirar la toalla o hablar de dinero. Hay una miseria total que no se puede maquillar en la película (y que intenté enfocar de otra manera), pero de dinero, a lo mejor me hablaban a mí, pero no se quejaban, no eran lastimeros, por eso el documental no lo es”.

Filmado con una sola cámara, la dirección de fotografía a cargo de Dariela Ludlow Deloya ha recibido elogios de la crítica.

Este es el primer documental que realiza Ibáñez, quien buscó que el reducido equipo se mimetizara con el entorno, para que la cámara pasara inadvertida, que las conversaciones fueran lo más naturales posibles, pero a la vez provocar. Al fin y al cabo, había escenas que no hubieran ocurrido si no hubiera estado ahí la cámara.

“Trabajé con ellos como actores, pero sin darles líneas. Con su propia forma de ser, los ponía en situaciones de ‘ahora pasa esto’ o ‘hablen de aquello’. Y repetíamos. Salen cosas chulísimas que no te esperas, y son cosas suyas, aunque las hayas provocado”.

La cinta obtuvo apoyo para producción del Fondo Jan Vrijman, vinculado con el Festival Internacional de Documentales de Amsterdam (IDFA). La postproducción se realizó con la Beca Gucci-Ambulante y apoyo del Foprocine.

La cuerda floja participó en el Festival Internacional de Cine de Morelia 2009 y el IDFA.

La programación se puede consultar en www.ambulante.com.mx. Hoy, la directora estará presente en la función de las 17:30 horas, en Cinépolis Diana.