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La opera prima de la cineasta argentina, único largometraje latinoamericano en competencia

En medio de una crisis, Natalia Smirnoff hizo Rompecabezas, ahora en la Berlinale
Foto
La directora argentina Natalia Smirnoff y el actor Arturo GoetzFoto Eva Usi
 
Periódico La Jornada
Viernes 19 de febrero de 2010, p. a10

Berlín, 18 de febrero. Rompecabezas, opera prima de la realizadora argentina Natalia Smirnoff, coproducción franco-argentina con María Onetto, Gabriel Goity y Arturo Goetz en el reparto, recibió elogios de periodistas tras su estreno mundial en el Festival Internacional de Cine de Berlín. La cinta es el único largometraje latinoamericano que compite por los Osos de Oro y Plata, cuyos ganadores se darán a conocer mañana sábado.

Inspirada en su biografía y en la figura de su madre, la cineasta de 38 años retrata a una mujer en crisis que a los 50 años descubre una pasión por armar rompecabezas. Su nuevo pasatiempo la divierte pero también le da seguridad en un momento en el que enfrenta el cambio que supone que sus hijos se vayan de casa. Quería narrar la historia de alguien que, debido a una crisis, empieza a vivir su vida y se abre a nuevas posibilidades; me interesaba un ama de casa por encarnar a una heroína no típica, porque no es un personaje que despierta pasiones, afirma Smirnoff en conversación con La Jornada.

María del Carmen, interpretada por la actriz María Onetto, quien no asistió al estreno en Berlín por encontrarse en una producción teatral, conoce a un millonario seductor (Arturo Goetz), quien la anima a practicar para participar en un torneo mundial de rompecabezas en Alemania.

La cineasta defendió los planos de mucho movimiento de la cinta, que semejan piezas de rompecabezas. Las mujeres tenemos un pensamiento no lineal, sobre todo si somos madres. Como los niños, María del Carmen sabe que una silla también puede ser un barco o muchos otros objetos, dijo. La cineasta reveló que fue un momento de crisis, un año después de ser madre, lo que la animó a dar el salto a la dirección. “Ya había trabajado muy intensamente en el cine como ayudante de dirección y directora de casting, y estaba agotada por conjugar las dos cosas.”

Durante más de una década Smirnoff trabajó con cineastas como Pablo Trapero, Marcelo Piñeyro, Ariel Rotter y Lucrecia Martel, a quien asistió durante la producción de sus tres películas: La ciénaga (2001), La niña santa (2004) y La mujer sin cabeza (2008).

Luego de ser ayudante de dirección de Jorge Gaggero, Cama adentro (2004), éste la conminó a dirigir. “Me regaló una lapicera el día de mi cumpleaños y me dijo: ‘¡Basta!, ponte a escribir’.”

Sin embargo, el camino hacia la opera prima fue un proceso muy largo. Durante cuatro años escribí distintas versiones del guión. Se trataba de una historia sencilla, por lo que la gracia de la película estaba en los pequeños detalles, lo que exigía un guión muy riguroso, explica. Trabajó en el laboratorio Toscano Sundance en Oaxaca, clave para ganar el premio Fond Sud de Francia. A eso le siguió el premio de Cine en Construcción de Casa América, en San Sebastián, y poco después le llamaron de la Berlinale.

Para la cineasta es un honor estar en Berlín al lado de admirados maestros suyos, como el chino Zhan Yimou, de quien le interesa el juego de color que vio en Sorgo rojo, cinta de hace 20 años. Smirnoff valora el festival berlinés por su enfoque en las películas de autor más que en la industria del espectáculo. Más allá del fallo del jurado, que considera siempre será subjetivo, para la cineasta lo más importante es acceder a una plataforma donde hay una concentración de películas.

Declarada admiradora de John Cassavetes, explica que su proceso creativo en el rodaje consiste en filmar para encontrar lo vivo en cada escena. Si la película tiene algo de bueno es que todos los personajes son muy vitales, afirma.

El actor Arturo Goetz, economista de profesión que se lanzó a la actuación profesional pasados los 50 años, afirma que también fue una crisis lo que lo empujó a cambiar su vida.