Opinión
Ver día anteriorMiércoles 10 de febrero de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
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México SA

Información del Banco de México, bajo sospecha

Denuncian ex braceros sus avatares ante Gobernación

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ifícilmente los mexicanos de a pie darán por buena la información que ayer divulgó el Banco de México, la cual asegura que en enero de este año la inflación fue de 1.09 por ciento en términos generales y de 1.48 por ciento por lo que toca a la canasta básica. Es cuestión de que los consumidores –las amas de casa en primer lugar– hagan su propio balance entre el titánico esfuerzo cotidiano que realizan para estirar el gasto y torear los precios desorbitados y compararlo con lo notificado por el organismo ahora bajo el peso del doctor catarrito.

Si bien las cifras del propio Banco de México revelan que la registrada en el primer mes de 2010 es la inflación más alta de la última década para un periodo igual y casi cinco veces más alta que un año atrás, el incremento notificado por el organismo (resultado de promediar miles y miles de precios para llegar a un índice general) no va de la mano de la cruel realidad económica de millones de consumidores que en materia de precios ya no sienten lo duro, sino lo tupido, comenzando por los precios y tarifas del sector público y su consecuente impacto en los del sector privado.

La versión del Banco de México es la siguiente: en enero de 2010 el índice nacional de precios al consumidor registró un incremento de 1.09 por ciento. Con este resultado, la inflación general anual se situó en 4.46 por ciento, mientras que el mes anterior dicha proporción fue 3.57 por ciento. El dato de la inflación mensual se explica por un mayor ritmo de crecimiento de los precios tanto del componente subyacente como del no subyacente. Sin embargo, la mayor contribución provino del segundo indicador, donde destacan las altas tasas de crecimiento observadas en los precios del subíndice de los bienes y servicios administrados y concertados, en particular, el incremento en las tarifas del transporte público en algunas localidades y en el servicio telefónico local.

Las tasas de variación anual de los subíndices de las mercancías y de los servicios fueron 5.73 y 3.73 por ciento, respectivamente (en diciembre de 2009, las cifras correspondientes resultaron 5.57 y 3.41 por ciento). En el caso del primero, la mayor inflación estuvo influida por incrementos en los precios de algunos genéricos pertenecientes tanto al grupo de los alimentos, como al del resto de las mercancías, destacando la cerveza, los automóviles, las leches pasteurizada y fresca, los refrescos envasados y los cigarrillos. En el caso de los genéricos cigarrillos y cerveza, los recientes aumentos en los precios al consumidor, en promedio, parecen ser mayores a los adjudicables propiamente a los incrementos en los impuestos. En lo referente al subíndice de los servicios, el alza observada en su tasa de la inflación anual estuvo influida en mayor medida por la trayectoria de los precios del grupo de la vivienda.

Lo anterior en términos generales, porque se registran incrementos que afectan a toda la población. Por ejemplo, de acuerdo con el propio Banco de México, en enero de 2010 el precio de la gasolina de bajo octanaje (Magna) se incremento 1.73 por ciento (y el alza se mantendrá a lo largo del año, al igual que el gas, el diesel, la Premium y las tarifas eléctricas), lo que impacta a toda la cadena productiva. El precio del boleto del Metro de la ciudad de México aumentó 41.88 por ciento, y en la feria de aumentos se registraron: autobús urbano, 5.27 por ciento; servicio telefónico local, 4.83; derechos por el suministro de agua, 4.26; cuotas de licencias y otros documentos, 3.21; cuotas de autopistas, 2.92; larga distancia nacional, 2.83; impuesto predial, 1.28.

En el subíndice de mercancías se observaron los siguiente incrementos: crema de leche, 6.7 por ciento; mantequilla, 3.58; servilletas de papel, 2.55; focos, 2.52; papel higiénico, 2.39; atún y sardinas en lata, 2.16. En el de servicios: televisión por cable o satélite, 2.67 por ciento; espectáculos deportivos, 2.46; cine, 1.97; hospitalización parto, 1.83; estudios médicos de gabinete, 1.76. En el de frutas y verduras: chayote, 56.06 por ciento; cebolla, 50.05; calabacita, 44.2; ejotes, 33.58; melón 18.79; nopales, 12.16; otras legumbres, 14.38. Otros alimentos reportaron las siguientes alzas en sus precios durante el primer mes de 2010: pollo entero, 2.63 por ciento; robalo y mero, 2.23; lomo, 1.62; pulpa de cerdo, 1.59; chuletas y manteca de cerdo, 1.45.

Las rebanadas del pastel

De los ex braceros y su largo peregrinar: “de acuerdo con información del Fideicomiso 2106, Fondo de Apoyo Social para Ex Trabajadores Migratorios Mexicanos (1942 a 1964), el importe del apoyo social que se entregará a cada beneficiario será de 38 mil pesos. La Secretaría de Gobernación panista ha dilatado la solución del problema, y detenido el pago de los ex braceros y sus deudos. Convocó a que presentáramos relación de documentos en el Archivo General de la Nación, diciembre del año 2008; al hacer la entrega y quedar registrados, nos indicaron que en abril de 2009 nos liquidarían los 38 mil pesos en una sola exhibición; después de acudir en varias ocasiones, a un pequeño grupo de nosotros nos informaron que ya estábamos en relación para pago; que en alguna sucursal de Telégrafos previa identificación nos pagarían la cantidad de 4 mil pesos, y esta misma cantidad cobraríamos cada año hasta cubrir lo que la mencionada Secretaría de Gobernación considera ‘apoyo social’. El contrato de trabajo que firmamos en Estados Unidos estipulaba: el trabajador manifiesta su conformidad para que le sea descontado de su salario el 10 por ciento para formar su fondo de ahorro y autoriza al patrón a recibirlo del empleador y colocarlo en calidad de depósito para serle reintegrado a su regreso al punto de origen o tan pronto como sea practicable, en forma de créditos a su cuenta en el Banco del Ahorro Nacional, en moneda corriente mexicana, al tipo de cambio de la fecha en que el banco mencionado haya recibido la cantidad correspondiente. Por ello, exigimos se nos pague a la brevedad los 38 mil pesos que es una cantidad menor de la que nos corresponde; dinero que es nuestro y de los deudos, ya que la retención de esa cantidad durante varios años ha ayudado a que la mayoría de nosotros estemos en situación económica bastante difícil; si una parte de nuestros compañeros ha aceptado es por lo anterior; y la mayoría hacen gastos que no tienen, por residir en provincia y bastante nos ayudaría el tener nuestro dinero. Propuesta a Fernando Gómez Mont, secretario de Gobernación: en lugar de gastar el dinero del pueblo en cédula de identidad, pague el dinero que es y corresponde a los ex trabajadores braceros y a los deudos” ([email protected]).