Al cumplirse 15 años de la renovación de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), el ministro José de Jesús Gudiño Pelayo sostuvo que las nuevas facultades, aprobadas en la reforma constitucional de 1994, le otorgaron al máximo tribunal un rol destacado en la escena política y participativa en la búsqueda de un poder político cada vez más equilibrado. Orador principal en la ceremonia que se realizó ayer en la sede de la Corte, Gudiño Pelayo agregó que la reforma constitucional cambió sustancialmente no sólo a la Suprema Corte, sino también la forma de ejercer el poder.

La SCJN del bicentenario de la Independencia y del centenario de la Revolución es vigorosa, sostuvo el ministro; es una Corte que resuelve importantes conflictos políticos, que protege los derechos de los gobernados ante las intromisiones de las autoridades, que difunde su cultura jurídica y que impulsa estrategias para hacerla llegar a más personas, en el entendido de que la cultura jurídica da bases para una sociedad más democrática.

Después de dar un repaso por los criterios, tesis y resoluciones más importantes de la Corte en los 15 años que lleva la nueva integración –cuando el pleno pasó de 26 a 11 ministros y se introdujo la figura de las controversias constitucionales y las acciones de inconstitucionalidad para resolver diferencias entre poderes y sobre la constitucionalidad de leyes–, el ministro sostuvo que el pleno entiende su compromiso con la democracia mexicana.

Está a la altura de las actuales exigencias, y preparada para servir a una nueva generación de mexicanos, informados, comprometidos y críticos, que necesitan confiar en ella y tienen todo el derecho de que así sea.

Previamente, ante los integrantes del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación; del Consejo de la Judicatura Federal; del secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont; del procurador general de la República, Arturo Chávez, y de los presidentes de las mesas directivas del Senado y de la Cámara de Diputados, Carlos Navarrete y Francisco Ramírez Acuña, respectivamente, el ministro presidente Guillermo I. Ortiz Mayagoitia sostuvo que los derechos constitucionales son el reflejo de las condiciones de felicidad y plenitud social como la entiende cada sociedad en cada momento histórico.

Ante ministros en retiro –el único que no asistió fue Genaro Góngora Pimentel–, Ortiz Mayagoitia reconoció que la sociedad espera mucho más de sus jueces, porque los mexicanos esperamos mucho de la justicia.

Sergio García Ramírez, juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y uno de los especialistas que participaron en la elaboración de la reforma constitucional de 1994, dijo que ni la Independencia ni la Revolución se han consumado, porque todo es perfectible.

Señaló que en materia constitucional se deben dar otros pasos, como la legitimación de particulares para interponer acciones de inconstitucionalidad en contra de leyes, efectos generales de las sentencias de amparo, iniciativa de reforma legal para la Suprema Corte y seguridad presupuestal para el poder judicial, entre otros.