La Comisión Permanente del Congreso exhortará al presidente Felipe Calderón a que ordene a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) mantener la delegación permanente de México en la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) y sus trabajos sean coordinados por un embajador autónomo de cualquier otra representación diplomática en el extranjero.

El vicepresidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, Felipe Solís Acero, y el coordinador del Partido del Trabajo en el Senado, Ricardo Monreal Ávila, presentaron por separado dos puntos de acuerdo para que el Ejecutivo claudique en sus acciones de desaparecer la representación de oficina externa de la misión permanente de México ante la Unesco.

El gobierno aduce que el cierre de la representación es por razones de ahorro para el erario.

La Jornada publicó el sábado pasado la información referida, que posteriormente fue ratificada por la SRE.

La dependencia refirió que todos los empleados de la representación se conservan, con la salvedad de que el embajador en Francia será el encargado de conducir la relación con la Unesco.

El ahorro mensual que el gobierno mexicano pretende obtener con el cierre de la representación asciende a 206 mil dólares.

En los puntos de acuerdo se señala que “con esta decisión el gobierno mexicano elimina la autonomía de la delegación permanente, al hacerla depender del embajador de México ante la República de Francia.

Además elimina la especialidad de representación, ya que las tareas vinculadas con la educación, la ciencia y la cultura serán actividades adicionales a las que desarrolla dicho embajador.

De suyo implica un desdén a los asuntos educativos, científicos y culturales del gobierno del presidente Felipe Calderón, degradando la atención de esos temas al hacerlos parte de las actividades cotidianas de un embajador ante el país sede de la Unesco, y no ante el propio organismo. El gobierno resta importancia a los temas propios de la atención de la organización, disminuye y minimiza el papel histórico de México en la diplomacia internacional.

En la exposición de motivos de los puntos de acuerdo, que fueron presentados ante el pleno de la Comisión Permanente, se afirma que el trabajo ante la Unesco “es imposible para una sola persona –el embajador en Francia–, por más que se conserve el equipo humano y material, sin olvidar la importancia que la misión diplomática tiene y cuyo tratamiento dice mucho de la atención que México pretende dar al organismo y a los temas que son de su competencia.”

La gravedad de la decisión radica en que el país perderá capacidad de negociación e interlocución política, asevera.