Opinión
Ver día anteriorViernes 18 de diciembre de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Penultimátum

El regreso de Ali Agca

P

or supuesto, a cocineros tan prestigiados como Carmen Ramírez Degollado, Mónica Patiño o Paulino Cruz nunca se les ocurriría destajar en la televisión una iguana o una tortuga para mostrar que los huevos de esos animales no son afrodisiacos y, por el contrario, son una bomba de colesterol malo. En cambio, a un chef australiano de cuarta, Gino D’ Acampo, y al actor Stuart Manning se les hizo fácil desollar, cocinar y comerse una rata en un programa de la televisora inglesa ITV denominado Soy famoso… sácame de aquí, el cual es visto por millones que gustan de los talkshows.

A la televisora y a los dos cocineros se les vino el mundo encima: fueron acusados de crueldad hacia los animales por numerosas organizaciones ciudadanas. Las autoridades han exigido al chef y al actor comparecer en los tribunales para que respondan por el delito cometido. La máxima pena a que pueden ser sentenciados es de tres años.

La televisora se deshizo en disculpas. Aseguró que cuando tienen que bregar con fauna en alguno de sus programas siempre tiene expertos en protección y conducta animal, para evitar algún maltrato. Esta vez no fue así, reconoce. Y explica que el programa busca contar las experiencias de famosos que viven en zonas agrestes y despobladas de Australia y que por ello pueden verse obligados a convivir lo mismo con serpientes que con arañas, lagartijas, zorrillos o animales exóticos.

En el programa mencionado el chef y el actor prepararon un “risotto de rata”. Sobre este platillo, los directivos de ITV dicen que se asesoraron con expertos para saber si dicho roedor era saludable y seguro comer , pero que olvidaron verificar si matarlo en la forma en que lo hicieron el chef y el actor era legal. Y no lo es según las leyes británicas.

Cabe recordar que en Corea del Sur el gobierno prohibió matar y guisar perros, un platillo tradicional, para no dar una mala imagen a los visitantes y a los medios que cubrieron el Mundial de futbol.

No ocurrió lo mismo el año pasado en la Olimpiada de Pekín, donde los reporteros de la televisión se dieron vuelo transmitiendo en vivo y en directo la matanza de perros, serpientes y otras especies exóticas (alacranes incluidos) que son guisadas en casas, restaurantes y mercados con recetas que a veces tienen más de cinco siglos.

Y hablando de shows, se avecina uno de grandes proporciones: la liberación el mes próximo de Ali Agca, el turco que en 1981 disparó contra Juan Pablo II en la plaza de San Pedro. Fue condenado en Italia a 19 años de cárcel. Al cumplirlos lo deportaron a su país para responder por el asesinato del director del diario Milliyet, en 1979. Agca se convirtió al cristianismo, desea ir a rezar a la tumba del Papa polaco y dar una entrevista a la televisión, previo pago de 2 millones de dólares.