Madrid, 11 de diciembre. Unas 500 personas se manifestaron este viernes en Madrid para pedir la vuelta al Sáhara Occidental de la activista Haminatu Haidar, en huelga de hambre desde hace 26 días para pedir su regreso a El Aaiún.

La denominada marcha de las luciérnagas, convocada por la organización Voluntad y Determinación, recorrió el centro de Madrid; partió de la Puerta del Sol para finalizar en el cercano Ministerio de Asuntos Exteriores.

Los manifestantes, que llevaban velas y pancartas con la cara de Haidar, marcharon en silencio hasta llegar a la sede del ministerio, donde pidieron el regreso de la militante pro saharaui al Sáhara Occidental y la dimisión del ministro de Asuntos Exteriores español, Miguel Angel Moratinos.

En esta capital, las calles del centro ya están infestadas de letreros con frases como Mohamed VI, asesino, Haidar estamos contigo. En la manifestación también se criticó con dureza la postura de la Unión Europea y de España al mantener relaciones comerciales privilegiadas con Marruecos, a la que los manifestantes consideran una dictadura que somete a través de la tortura y las vejaciones a sus detractores.

Haidar cumplió este viernes su vigesimosexto día en huelga de hambre para reclamar su derecho a regresar al Sáhara Occidental, de donde las autoridades marroquíes la expulsaron el pasado 14 de noviembre con el argumento de que había renegado de su nacionalidad marroquí a su llegada al aeropuerto de El Aaiún, principal ciudad del Sáhara Occidental.

Mantiene desde el 16 de noviembre una huelga de hambre en el aeropuerto de Lanzarote (archipiélago de las Canarias) para exigir retornar a su casa, lo que Marruecos rechaza categóricamente.

El gobierno marroquí considera que el Sáhara Occidental, una ex colonia española que se anexionó y administra desde 1975, forma parte de su reino.

El Frente Polisario, apoyado especialmente por Argelia, reclama un referendo de autodeterminación sobre la independencia del Sáhara Occidental, mientras que Rabat propone una amplia autonomía bajo su soberanía.

Mientras, el ministro de Asuntos Exteriores de Marruecos, Tajeh Fassi-Fihri, dijo hoy en Nueva York que su gobierno no aceptará el chantaje de la activista saharahui porque su huelga de hambre es política y no humanitaria.