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Rechaza las inclinaciones antidemocráticas de Bolivia y Venezuela y sus coqueteos con Irán

Los problemas de América Latina no pueden ser resueltos sin EU: Clinton

Libertad, desarrollo y amplio diálogo son los ejes de la política exterior estadunidense, afirma

Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 12 de diciembre de 2009, p. 23

Washington, 11 de diciembre. La secretaria de Estado Hillary Clinton declaró hoy que democracia, desarrollo y un amplio diálogo entre socios son los ejes de la política exterior estadunidense hacia América Latina, pero al parecer siempre y cuando sean al estilo de Washington ya que de nuevo expresó apoyo al proceso en Honduras, a pesar de la amplia oposición regional, y su preocupación por lo que considera inclinaciones antidemocráticas en Venezuela y Bolivia, y la decisión de algunos países de ampliar relaciones con Irán.

En extensa y poco detallada exposición de la política hacia la región, reiteró que “Estados Unidos ha… contribuido en algunos problemas que vemos en la región. Pero en el gobierno estamos determinados a ser parte de la solución”, y eso sería, dijo, a través de mayor cooperación en una amplia gama de niveles. Destacó que casi nunca ha existido tanto acuerdo sobre los principios básicos de la libertad y la democracia allí.

Sin referirse al amplio rechazo a la política estadunidense en la región por el caso Honduras (nunca mencionó el tema de las bases militares en Colombia ni se refirió a ese país), que ha minado la confianza sobre si Washington desea ser parte de la solución, Clinton intentó explicar la política estadunidense en Honduras como pragmática, de principios y multilateral. Afirmó que desde el golpe, Estados Unidos se ha comprometido tanto con nuestros principios democráticos como en ayudar a los hondureños a buscar una salida de regreso al orden democrático y constitucional.

Recordó que condenamos la expulsión del presidente (Manuel) Zelaya, pero que a la vez se ha buscado trabajar con sectores diversos en Honduras para ayudarlos hacia un fin pacífico y negociado de la crisis. Consideró que las elecciones permitieron que el pueblo expresara sus sentimientos y compromiso con un futuro democrático, y que en “grandes números echaron al partido del presidente Zelaya y del líder de facto, el señor (Roberto) Micheletti”, mientras que el presidente electo ha lanzado un diálogo nacional e iniciado esfuerzos para cumplir con los otros requisitos del acuerdo Tegucigalpa-San José. Ese es un acuerdo que los hondureños alcanzaron. Ayudamos a facilitarlo, pero los hondureños decidieron que deseaban una solución local al conflicto.

Queremos estar del lado del pueblo hondureño y trabajar con otros, particularmente en América Central, para resolver la crisis. Subrayó que como ha dicho desde que asumió el puesto, su país no puede resolver solo los problemas de nuestro hemisferio u otra parte del mundo, pero los problemas no pueden ser resueltos sin que Estados Unidos esté involucrado.

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La funcionaria estadunidense, ayer en Washington durante su primera conferencia de prensaFoto Reuters

Pero democracia que no sea al gusto de la definida por Washington provoca preocupación. Al responder a una pregunta de si el progreso democrático está en peligro por el surgimiento de la izquierda en América Latina, señaló: nos preocupan líderes que son electos imparcial, libre y legítimamente pero que después empiezan a minar el orden constitucional y democrático, el sector privado, los derechos de los pueblos de ser libres del hostigamiento, represión y participar plenamente en sus sociedades.

La democracia no se trata de líderes individuales sino de instituciones fuertes, por tanto un líder electo no debería promover su posición y base de poder sino respetar los derechos de la gente que lo eligió y construir una democracia para que los desarrollos democrático y económico vayan de la mano. Añadió: “hemos expresado preocupación por Venezuela y Nicaragua… seguiremos expresando nuestras preocupaciones. Porque es importante que demos un firme llamado a pueblos y líderes a que se mantengan en el camino democrático”. Afirmó que todos esperamos que en un futuro (...) podremos ver una Cuba democrática.

También expresó alarma por la promoción de Irán en naciones como Venezuela y Bolivia, y sólo podemos decir que es realmente una mala idea para los países involucrados; esperamos que reconocerán que aquel (Irán) es hoy el mayor apoyo, promotor y exportador de terrorismo en el mundo, y si desean coquetear con Irán deberían ver las consecuencias para ellos, por lo que esperamos que lo piensen dos veces y los apoyaremos si así lo hacen.

Sin embargo, en esta ocasión no repitió su alarmada declaración de julio de que los iraníes están construyendo una embajada enorme en Managua, y se pueden imaginar para qué es eso, ya que el Washington Post envió dos reporteros para encontrar esa legación pero reportaron que en Managua nadie ha podido hallar la supuesta súper embajada.

Respecto de México, elogió al gobierno de Felipe Calderón y al pueblo mexicano por su respuesta a la violencia desatada por el narcotráfico, y dijo que más allá de aportar equipo y capacitación militar, Estados Unidos está buscando maneras de ofrecer apoyo institucional por la paz y la justicia, por derechos humanos y democracia. Mencionó varias iniciativas ciudadanas para enfrentar de manera más efectiva al crimen organizado y a la corrupción.

Por último, dijo que se realizan esfuerzos para incrementar la capacidad de la economía mexicana y que ésta pueda exportar una gama más amplia de bienes, ya que la mejor respuesta y la mejor manera de repudiar a los narcotraficantes es incrementar la prosperidad de México.