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Se trata de un movimiento político y entre amigos, critican
 
Periódico La Jornada
Viernes 11 de diciembre de 2009, p. 10

Los líderes nacionales de los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD) discreparon ayer sobre los cambios en el gabinete presidencial y el Banco de México. Beatriz Paredes y César Nava coincidieron en afirmar que Agustín Carstens tiene cartas suficientes para dirigir al organismo autónomo, pero la priísta reconoció que le preocupa la partidización de dos secretarías clave del gabinete presidencial y aseguró que su partido estará pendiente de que el nuevo titular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso) no haga uso electoral del programa Oportunidades. El perredista Jesús Ortega criticó los movimientos y sostuvo que se dieron entre amigos, cuando lo que falta es gente preparada.

En tanto, Carlos Slim aseguró que la designación de Ernesto Cordero como secretario de Hacienda y de Carstens en el Banco de México son acertadas, porque garantizan que la política económica y la monetaria irán en la misma dirección para así lograr el crecimiento económico y la generación de empleos, que son las únicas vías para superar la pobreza.

Descartó que con Carstens al frente del banco central, éste vaya a perder su autonomía. No hay que confundir autonomía con choque o con estar peleado con la autoridad. Autonomía es tener un mandato, reglas claras y seguirlas. No veo a Carstens ni al Presidente rompiendo las políticas del Banco de México.

Los líderes de las cúpulas empresariales vieron bien los cambios. Mario Sánchez Ruiz, presidente de Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco-Servytur), señaló que no hay ninguna desconfianza en Cordero y que si la tuvieran otras instituciones, el nuevo funcionario tendrá que ganarse la aprobación con su trabajo, al tiempo que Armando Paredes, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, señaló que estos nombramientos son una atribución presidencial y se mostró optimista de poder trabajar con Cordero.

El coordinador de los senadores del PRI, Manlio Fabio Beltrones, dijo que el presidente Felipe Calderón sabe perfectamente que en los siguientes tres años quizá no pueda recuperar el crecimiento económico, lo que quiere mantener es el PAN en el gobierno y estos nombramientos hablan en mucho de la manera como se ha partidizado todo, en lugar de buscar mejores profesionales en la materia.

Las fracciones parlamentarias del PRI y del PAN en la Cámara de Diputados coincidieron en señalar que el secretario de Hacienda está obligado a mantener la credibilidad de México en los mercados financieros nacional e internacional, y demandaron a Agustín Carstens que preserve la autonomía del Banco de México respecto del Ejecutivo federal.

Francisco Rojas Gutiérrez, coordinador del PRI, consideró la decisión como una de las más delicadas del sexenio, porque involucra a dos de las instituciones fundamentales para la economía nacional.

En el caso de Hacienda, dijo, no sólo tiene efectos en la economía del país, sino que depende además de un gran reconocimiento de la comunidad financiera internacional.

César Nava, por su parte, reiteró su pleno respaldo a los nombramientos hechos por Calderón, en especial el de Carstens. Aunque se negó a responder si el secretario de Hacienda es presidenciable. Estamos lejos todavía de esa discusión. Falta mucho por hacer. Por ahora lo que toca es que cada uno ejerza su responsabilidad. En el PAN, afirmó, tenemos un 2010 lleno de oportunidades y retos.

Por su parte, José Luis de la Cruz, director del Centro de Investigación de Economía y Negocios del Tecnológico de Monterrey, dijo que la designación de Carstens obedeció a consideraciones políticas y podría llevar al organismo a una pérdida de autonomía.

El académico indicó que el nombramiento se debió a la cercanía que el mandatario tiene con Carstens, quien, dijo, impulsará desde el banco medidas que el gobierno federal esperaba y que no se realizaron durante la gestión de Guillermo Ortiz, como una reducción en las tasas de interés.