Economía
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No cantar victoria ante la crisis, advierte Geithner
 
Periódico La Jornada
Viernes 11 de diciembre de 2009, p. 24

Washington, 10 de diciembre. El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Timothy Geithner, pidió no cantar victoria frente a la crisis y dijo que el gobierno debe ser cuidadoso en declarar el fin de la recesión muy pronto, tras evitar un completo colapso del sistema financiero mediante el rescate a los bancos de la nación. La economía estadunidense aún está luchando contra vientos en contra, lo que implica que se debe conservar la capacidad de responder a crisis inesperadas, incluso cuando se empiecen a retirar los programas de emergencia, aclaró.

Geithner reveló que el Tesoro está presionando a los bancos a hacer más para aliviar el daño del aumento en las ejecuciones hipotecarias, especialmente empujándolos para hacer más modificaciones permanentes en los créditos hipotecarios.

Estamos usando una tremenda cantidad de fuerza y persuasión para intentar asegurarnos de poner esas tasas de conversión en un nivel razonable, precisó. Necesitan hacer un mejor trabajo y tener la capacidad de hacerlo.

Vientos en contra

En un testimonio ante un comité del Congreso que supervisa el Programa de Alivio para Activos en Problemas (TARP por sus siglas en inglés), Geithner se atribuyó el crédito de haber evitado una completa crisis financiera, pero advirtió sobre los riesgos de ser demasiado optimista acerca de un repunte.

La recuperación financiera y económica aún enfrenta significativos vientos en contra, afirmó, y mencionó el alto desempleo, la elevada cifra de ejecuciones hipotecarias y el ajustado crédito.

Geithner presentó una estrategia para retirar el programa de rescate bancario, pero defendió su decisión del miércoles de extenderlo hasta el 3 de octubre del año próximo como salvaguarda necesaria contra un sorpresivo colapso económico. La historia sugiere que salir muy pronto de las políticas diseñadas para contener una crisis financiera puede prolongar significativamente una caída económica, acotó.

El TARP fue aprobado por el Congreso el año pasado, con 700 mil millones de dólares para comprar activos tóxicos de los bancos, pero finalmente se convirtió en un fondo para que el Tesoro le hiciera inyecciones de capital a los bancos.

Ahora los grandes bancos están ansiosos de salir del TARP, devolviendo al Estado el dinero que recibieron, en parte para liberarse de las restricciones sobre los salarios que impone el programa gubernamental.