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Mireia Sallarès creó una propuesta multidisciplinaria a partir de la noción de orgasmo

Indaga artista en la violencia y el placer, motores de la vida

La mayoría de mujeres en México tiene gran capacidad para asumir esa contradicción, dice a La Jornada

Muestra instalación en Casa Vecina y proyectará filme en el antiguo cine Ópera

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Malú, una de las mujeres de Ciudad Juárez, entrevistada por la catalana Mireia Sallès (imagen de la derecha). Las historias humanas es un patrimonio que debería proteger la UNESCO, expresa Sallès a La JornadaFoto Cortesía de la artista
 
Periódico La Jornada
Viernes 11 de diciembre de 2009, p. 3

La mayoría de las mujeres en México tiene gran capacidad para asumir la contradicción que implica la convivencia del placer y la violencia, afirma la artista catalana Mireia Sallarès, quien desde hace cuatro años trabaja en el país en torno a esas dos realidades.

Durante el desarrollo de dicho proyecto, ambas ideas encontraron un punto de unión en una expresión no menos provocadora: la muerte chiquita, como se conoce en estas tierras al orgasmo.

En entrevista con La Jornada, Sallarès explica que en 2006 obtuvo una beca para realizar una obra en el Centro Multimedia del Centro Nacional de las Artes, gracias a un intercambio con el Centro Cultural Hangar, de Barcelona.

En la mente, más que lineamientos teóricos tenía la intención de trabajar a partir de historias de vida, porque la realidad me interesa por lo misterioso que contiene.

El hilo conductor serían esos dos temas que, en su opinión, son los motores de la vida: violencia y placer, pero en un contexto femenino.

“El tema del orgasmo me gustaba por el concepto de los franceses: petite mort, el cual viene de la época de los libertinos, del Marqués de Sade y compañía, con toda su connotación oscura. Pero cuando descubro que aquí existe la expresión, la muerte chiquita, que no es tan obvia, me intereso en ella.

Me fui a Ciudad Juárez, Chihuahua, con un letrero de neón fucsia con esa frase a ponerlo en el desierto, donde han aparecido cuerpos de mujeres asesinadas; entonces, todo el proyecto tuvo otra dimensión.

Mucha valentía a pesar del miedo

Mireia Sallarès comenzó así un periplo por diversos espacios, no sólo fotografiando mujeres con el anuncio de neón, sino entrevistándolas para un documental acerca de su experiencia en torno a la violencia y el orgasmo: prostitutas, universitarias, exiliadas, seropositivas, homosexuales, transexuales, indígenas, burguesas, estudiantes, madres, hijas, abuelas.

El resultado fue una obra multidisciplinaria con tres patas: una película de más de cuatro horas de duración, un libro-memoria donde se detalla toda la experiencia y una instalación que actualmente se presenta en Casa Vecina (primer callejón de Mesones 7, esquina con Regina, Centro Histórico), la cual consiste en toda la documentación, notas y libros que sustentan teóricamente el proyecto de la artista.

El público se enfrenta, sobre todo, a las reflexiones y testimonios de mujeres que poseen mucha valentía a pesar del miedo, mucha generosidad a pesar de lo íntimo y muchas ganas de cambiar las cosas, porque sigue ganando la violencia, deplora Sallarès.

Pero añade: “hay sorpresas, como hablar de la violencia que se genera en las propias mujeres contra ellas mismas. México es un espejo en el que me vi, creo que todas las historias humanas son un patrimonio que debería proteger la UNESCO, porque de los otros aprendemos.

“Me gustaría que todo este material retumbara en muchas personas, no porque hubieran tenido historias de abuso sexual, sino porque estas mujeres dicen frases que nos recuerdan algún tipo de violencia.

“Por eso el documental no tiene un hilo narrativo, las historias no están cerradas, la edición es ruda, no dejan de hablar ni un segundo y hay muchos agujeros, porque lo que no se dice es lo que pone el espectador.

“Las mujeres reabren temas, cuentan historias de vida de muchos embates. Fui un personaje más y me llevo como regalo el descubrir que la mayoría de mujeres que he visto en México tiene gran capacidad para asumir la contradicción, y lo digo como algo positivo, aunque se que al mismo tiempo está cabrón.

“Ellas me compartieron su neta, su miedo en algunos aspectos, sus ganas de hablar, su madurez al asumir que placer y violencia son dos cosas que forman parte de la vida, y que las mujeres son muy autogeneradoras de violencia, que son unas hijas de la chingada con ellas mismas y que el patriarcado no se para hasta que realmente seamos solidarias. Hay muchísimas mujeres que son misóginas, porque no quieren renunciar a ciertos beneficios que les da la feminidad.”

La artista detalla que la mayoría de sus 30 entrevistadas confesó que la peor violencia que vivieron es la que ellas mismas ejercieron en su contra. La conclusión más importante que Sallès espera compartir con el público, es descubrir que una mujer que vive o ha vivido plenamente su placer, en libertad absoluta, la ha pasado mal, finaliza.

La película Las muertes chiquitas se exhibirá a las 17:30 horas los días 11, 12 y 13 de diciembre en el antiguo cine Ópera (Serapio Rendón 9, colonia San Rafael). Debido a las condiciones del recinto, el cupo será limitado y por invitación. Las personas interesadas en asistir deben enviar un mensaje al siguiente correo electrónico: [email protected] o un mensaje al celular 0445529551109.

El libro que contiene la memoria integral del proyecto se presentará el martes 15 a las 20 horas en la librería Conejo Blanco (Amsterdam 67, colonia Hipódromo Condesa).