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Carstens está para ayudar al Presidente
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Agustín Carstens dijo en febrero de 2008 que la economía nacional sufriría un catarrito, no una pulmonía. Trece meses después el catarrito se transformó en tsunami financieroFoto Marco Peláez
 
Periódico La Jornada
Jueves 10 de diciembre de 2009, p. 5

Yo estoy para ayudar al señor Presidente. Con esa frase, Agustín Carstens Carstens, propuesto este miércoles por el titular del Ejecutivo, Felipe Calderón, como próximo gobernador del banco central, se refirió a inicio de este mes a la posibilidad de mudar de trabajo. Y si el Presidente quiere que me vaya al Banco de México (BdeM), lo haré, redondeó el hasta ayer secretario de Hacienda.

La propuesta culminó semanas de especulación respecto de la decisión sobre el relevo en el banco emisor, institución a la que la Constitución otorga un carácter autónomo respecto de las otras instancias del Estado.

Un cambio de persona en el banco central, sin ampliar el mandato de la simple estabilidad de precios a la promoción del crecimiento y el empleo, es una propuesta incompleta, indicó el académico de la UNAM José Luis Calva.

La decisión final del titular del Ejecutivo es a la vez expresión de una serie de desencuentros con el actual gobernador del BdeM, Guillermo Ortiz Martínez, que iniciaron hace más de una década, cuando Calderón era dirigente de Acción Nacional.

Fuera de los cerrados círculos financieros, Carstens quizá sea más conocido entre el público por su diagnóstico de la forma en que la crisis financiera internacional se expresaría en el país. A la economía mexicana, dijo en febrero de 2008, le dará un catarrito, y no una pulmonía como antes.

En marzo de este año, reconoció: el catarrito se había transformado en “un tsunami financiero”, al que después se agregó, en la discusión del paquete económico para 2010, el diagnóstico de que el país enfrentaba una crisis de gran magnitud en las finanzas públicas.

Economista graduado en el ITAM, formado también en la Universidad de Chicago, aficionado al beisbol, producto de la cantera del BdeM, alumno del ex secretario de Hacienda Francisco Gil Díaz y ex número dos del Fondo Monetario Internacional, Carstens fue reconocido ayer como un candidato con sólidas credenciales académicas y experiencia.

No obstante, Calva opinó: la forma en que subestimó la crisis puede ser vista como un augurio; si Carstens no es capaz de cambiar una visión rígida de la política monetaria que se ha aplicado en las últimas dos décadas, que privilegia el control de la inflación antes que el crecimiento, si esa visión no se corrige, no habrá que esperar cambios.