Con el incremento de impuestos, el gobierno federal ocasionará mayor desempleo y, por tanto, tendrá menor recaudación, advirtió el economista Randall Wray, especialista en materia de empleo y estabilidad de precios, de visita en México, por invitación del Partido del Trabajo, para impartir dos conferencias magistrales y comentar con funcionarios del Gobierno del Distrito Federal las políticas públicas que al respecto instrumentó para otros países, como Argentina, a raíz de la crisis sufrida en 2001.

Comentó que la política económica en México ha llevado al país a depender de la demanda externa. Es decir, de las exportaciones para la generación de empleos, pero no está dirigida a crearlos directamente. O sea, está en un círculo vicioso, porque la política está dirigida a traer financiamiento externo aunque está colapsando la economía.

¿Quién es el culpable?, se preguntó. “Los culpables son los hacedores de la política económica del gobierno, los gerentes de las grandes compañías que predominan en el país, así como el banco central.

El problema es que ellos no entienden cómo trabaja la economía. Ellos creen que debe tener superávit fiscal o equilibrio fiscal para crecer, pero resulta que la economía no crece, sino al contrario. Tú puedes tener un Estado pequeño para un país pequeño, como Singapur, pero en una nación como México no puedes reducir la participación del Estado en la actividad económica, al contrario.

Consideró que el gobierno mexicano está confiado en una rápida recuperación de Estados Unidos pero no es probable que ello ocurra porque aquel país tiene altas tasas de desempleo y todavía serios problemas financieros.

Como ha venido exportando, sobre todo a Europa, lo más probable es que vaya a tener una crisis financiera más severa de la tuvo el año pasado, señaló.

Randall Wray consideró que México si podría instrumentar una política de empleo. Es más fácil, si el gobierno federal la realiza, tomando en cuenta que traza la política económica.

Se requiere –desde su perspectiva– un financiamiento público equivalente a uno por ciento del producto interno bruto para generar empleos para la gente más pobre, la cual al recibir un salario, gastaría todo y generaría un alto efecto multiplicador en favor de la producción y en favor de generar empleos con el sector privado.

Dicha generación de fuentes de trabajo es, acotó, para esta gente pobre que consume productos nacionales y no despilfarra los recursos en vacaciones, fuera del país o en bienes de lujo; es gente que consume bienes nacionales, bienes básicos.

Recordó que, aplicada en Argentina, esta política permitió generar 2 millones de empleos en tan sólo cuatro meses.

–México está haciendo lo contrario para enfrentar la crisis económica.

–Eso no es nuevo. En los últimos años viene actuando en forma indebida y explica por qué México está cayendo más que los otros.

–¿Se debe cambiar la política neoliberal?

–Viví aquí en 1975 y la ciudad de México era una ciudad fantástica, similar a Tokio o Nueva York. Actualmente está muy deteriorada en relación con aquel entonces. México es un país muy rico y no tiene sentido la crisis actual.

No tiene sentido común que México, teniendo muchos más recursos que Japón y más mano de obra, esté como está. Japón no tiene recursos, ha reducido su fuerza de trabajo, es equivalente a la que existe en Cleveland, y México ha desperdiciado todo este tiempo esa fuerza de trabajo y sus recursos.

Los trabajadores mexicanos, insistió, son muy productivos, pero aquí no encuentran trabajo. Entonces emigran a Estados Unidos, consiguen trabajo y ganan buenos salarios. El problema aquí no es de los trabajadores, ni tampoco un problema de recursos; el problema es la forma en la cual ha venido caminando la economía, con la cual se ha conducido.