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El recinto no se llenó, pero el público mostró su calidez al cantante

Joan Sebastian recorrió en el Auditorio sus 30 años de carrera
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El autor del popular tema Tatuajes se prensentó el jueves por la noche en el Auditorio NacionalFoto Salvador Bonilla
 
Periódico La Jornada
Sábado 21 de noviembre de 2009, p. 9

¡Soy Aries, no Cáncer!, gritó Joan Sebastian, conocido como El Huracán de las Montañas y El Rey del Jaripeo, en su concierto del pasado jueves en el Auditorio Nacional. El autor de Juliantla hizo así referencia a su victoria sobre la casi siempre mortal enfermedad, que ha vencido con quimioterapias.

Fue un recorrido musical por los más de 30 años de carrera del autor de Mariposas, tema que escribió hace tres décadas, en el que habla del despertar amoroso, del amor puro, del puro amor, y que entonaban miles de personas a principios de los años 80. Fue la nostalgia y la vuelta a los días de juventud.

El Auditorio Nacional no se llenó; hubo amplias áreas con butacas vacías. No es el sitio natural para mis presentaciones, pero ahí estaremos cantando con las mismas ganas de siempre, comentó Joan Sebastian dos semanas antes, en su rancho guerrerense, a los medios de comunicación.

Pasadas las ocho de la noche un intro denotó lo que se escucharía poco a poco. Joan lucía una texana estilizada, característica en sus jaripeos, donde acostumbra mostrar sus habilidades en las suertes charras.

Una gritería minimizó los vacíos en el foro de Reforma. En el público había seguidores del músico que le demostraban su cariño de pie y con aplausos. Gente cercana al intérprete afirma que ahora luce menos alto y hasta un poco gordo, pero, a pesar de ello, su voz se oye potente, capaz de emocionar a las grandes mayorías.

En diferentes puntos del foro se escuchaban solicitudes de sus temas. Se puede decir que no faltó ninguno. Los recuerdos cayeron uno a uno, como las perlas de un collar: Secreto de amor y Maracas, entre otras. Desde sus asientos algunas damas cantaban apenas con murmullos, pero sus rostros expresaban emoción. Es la vida, los recuerdos guardados y privados, los secretos personales.

Casi todo el concierto Joan hizo sonar su guitarra, a veces con baladas, countries, rocanroles, rancheras norteñas, parte de la gama que muestra su versatilidad.

Muchos de los temas de Joan son tristes, dolorosos, depresivos, pero el creador no se queda en esos límites lastimeros, lacrimógenos y en otras rolas es, francamente, socarrón.

Con sus temas ha dado fama a intérpretes que no siempre le hacen justicia y no citan su autoría. Ha dado sus canciones a ídolos populares como Vicente Fernández y Alberto Vázquez. Un momento emotivo del recital grupero fue cuando el argentino Diego Verdaguer subió al escenario; el dúo lanzó una composición de amores maduros.

Momentos emotivos

En otro momento subió al escenario su hijo, el también cantante José Manuel Figueroa. Éste miraba a su padre con los ojos muy abiertos y se deshizo en abrazos y besos para su maestro y progenitor.

No faltó el tema La gorda, a quien, como muestra de amor, le llevaba tortas. Dijo que tiene fijación por las flacas, porque una espigada dama le hizo ver su suerte en sus años mozos.

Tatuajes conformó un gran coro en otro momento memorable. Tuvo que regresar varias veces ante la insistencia de su público. Cantó Lobo domesticado, en un recuerdo-homenaje al fallecido Valentín Elizalde, El Gallo de Oro.

En resumen, fue una noche de éxito para Joan, uno de los compositores que han propiciado una forma de ser sentimental del pueblo.