Espectáculos
Ver día anteriorViernes 20 de noviembre de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

El encuentro da proyección a los Balcanes, Europa Oriental y AL, señala Despina Mouzaki

El festival de Salónica es un nicho para el cine orillado a la sombra

La innovación y el amor, claves de su subsistencia, asegura la directora

Este año destacan mexicanos como Eugenio Caballero, en el jurado, y Guillermo del Toro con una exposición

Enviado
Periódico La Jornada
Viernes 20 de noviembre de 2009, p. a10

Salónica, 19 de noviembre. Dificultades económicas, regímenes dictatoriales… obstáculos, muchos obstáculos que no han detenido que el cauce del río, luego de 50 años, continúe, fue el comentario de la productora Despina Mouzaki, titular de uno de los festivales más discretos, intimistas y reconocidos en el mundo: el internacional de Salónica, que se inició como una muestra de cine griego, pero que desde 1992 tiene el rango de internacional, por el cual han pasado y exhibido sus obras cineastas y personalidades de Europa, Latinoamérica, Asia, e incluso de Hollywood.

Mouzaki da las claves de la subsistencia de este encuentro –que ha sorteado gobiernos de derecha, de izquierda, de todo tipo–:la innovación y el amor de quienes lo hacen y asisten.

Ni siquiera en los años más difíciles de la dictadura (de 1967 a 1973) se ha detenido la marcha del cine en Salónica. El encuentro, apoyado siempre por el gobierno y empresas responsables con la cultura, es un nicho, una institución para los alumnos de cine de la Universidad Aristóteles de Salónica; para cinematografías orilladas a la sombra, como la de los Balcanes, de Europa Oriental, Latinoamérica (sobre todo la mexicana); para quienes anhelan mostrar sus trabajos. Es un trampolín para visitar otros antiguos encuentros, como el de Berlín, Cannes, Venecia o San Sebastián.

Referente continental

Cada año, por estas fechas (ahora desde el pasado 13 y hasta el 21 del mes), los salonicenses respiran y comen cine de manera gratuita en todas las decenas y decenas de funciones que se dan todo el día a lo largo de la semana en más de siete sedes.

No son las alrededor de 20 cintas que se exhibían en los primeros años, cuando era una muestra. Ahora sus secciones de competencia internacional, de cine griego y de los Balcanes, de películas independientes del mundo, sus funciones especiales, exposiciones de foto, encuentros, mercado, foros experimentales y sus exhibiciones de cine digital, entre otros rubros, han convertido al de Salónica en uno de los actos culturales referentes en Europa.

Cierto, como afirma la directora, el cine no solucionará los problemas sociales en el mundo, pero sí puede cambiar la vida de cada uno de nosotros, y ser una gran guía moral y un alimento espiritual.

Para el cine mexicano, tan desdeñado por el Estado, el festival ha sido casi un hogar, en el cual se han arropado, desde los más conocidos hasta los más incipientes.

Este año se escuchan los nombres de Eugenio Caballero (ganador de un Óscar por diseño de producción de El laberinto del fauno), quien es miembro del jurado junto con grandes como Theo Angelopoulus; Guillermo del Toro, quien presenta su exposición Anatomía de la fantasía: los secretos de Guillermo del Toro, y el novel Rigoberto Perezcano, quien está en la competencia internacional con Norteado. En años pasados han desfilado por estas tierras macedonias Alfonso Cuarón, Carlos Reygadas, Fernando Eimbcke, entre muchos otros.

Asimismo, este año, el encuentro dedica retrospectivas a dos grandes cineastas europeos: el alemán Werner Herzog (por cierto, se anunció aquí que será el presidente del jurado de la edición 60 de la Berlinale, a realizarse en febrero) y el serbio Goran Paskaljevic, reconocido creador en Europa y narrador de la realidad de los países balcánicos. Cintas poco vistas de ambos realizadores han deleitado a los cinéfilos, tales como una selección de cortometrajes que presentó el germano, uno de los cuales alude al peregrinar de rodillas de los devotos de la Virgen de Guadalupe (Campana de lo profundo), sin contar con una fina selección de documentales y sus ficciones, en las que aparece más de una vez su actor fetiche Klaus Kinski (Nosferatu, Woyzeck, Fitzcarraldo, Cobra verde, My Best Friend, entre otras).

Herzog recibirá de manos del presidente del jurado y amigo Theo Angelopoulus el reconocimiento Alejandro, por su contribución al cine mundial.

La fiesta del cine en Salónica seguirá hasta que el telón de terciopelo rojo art decó del bello cine Olympion caiga y dé pauta a la versión 51. Salónica seguirá ahí, concluye Mouzaki.