Las acciones que la Auditoría Superior de la Federación (ASF) presentará en este periodo para recuperar recursos de la hacienda pública registran un crecimiento brutal, al aumentar 184 veces respecto a 2000, y no se diga de las actas administrativas para sancionar a los funcionarios, las cuales crecieron en 8 mil y tantos por ciento, anticipó el auditor especial de planeación e información del organismo, Miguel Macías.

Para resarcir los daños causados al erario –precisó–, presentará 44 mil diferentes acciones, entre ellas pliegos de observaciones, sanciones administrativas y denuncias de hechos.

Moisés Alcalde, titular de la unidad de control gubernamental e información de la Secretaría de Hacienda, destacó que aun cuando los municipios y estados gastan 50 por ciento del presupuesto público, están olvidados; no se miden (los resultados del gasto) como la Federación

Durante la presentación del Índice Latinoamericano de Transparencia Presupuestaria 2009, Macías subrayó que a causa de varias lagunas legales, la ASF no puede culminar los procesos de responsabilidades, en detrimento de la confiabilidad de esa instancia, porque sus facultades están acotadas.

“La auditoría realiza recomendaciones simples, recomendaciones al desempeño, solicitudes de aclaración sobre el ejercicio de los recursos, pliegos de observaciones y fincamiento de responsabilidades resarcitorias.

A otras entidades les corresponde culminar esos procesos; no podemos fincar directamente las sanciones administrativas contra los funcionarios, sino que se promueven ante los órganos internos de control (los OIC que dependen de la Secretaría de la Función Pública); las denuncias de hechos se presentan ante el Ministerio Público, y las de juicio político ante la Cámara de Diputados, subrayó.

Señaló que en los últimos años la ASF ha recuperado 35 mil millones de pesos, a pesar de estar acotada, y que cada vez son mayores las revisiones que debe practicar al gasto de las 245 dependencias del Ejecutivo y los estados. En los últimos años el crecimiento de las auditorías ha sido brutal. En febrero realizaremos 986. Para tener una idea del crecimiento podemos señalar que de 2000 a 2008 han crecido en 216 por ciento, a pesar de que el presupuesto de la ASF lo ha hecho en 159 por ciento.

La ASF –aclaró– sólo puede fiscalizar el gasto federal después de que se ha ejercido, salvo en casos excepcionales. En cambio, el control interno (los OIC) pueden hacerlo antes, durante y después del ejercicio presupuestario; si funciona aquél, el control externo valida, pero no es el caso.

En tanto, el secretario de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados, Vidal Llerenas, señaló que el Legislativo tampoco está facultado para evaluar el presupuesto por resultados. Vamos a proponer que los legisladores y la sociedad civil participen en la evaluación del gasto federal; es necesario que la fiscalización sea más oportuna y que haya un cambio en el sistema de control.

María Marván, comisionada del Instituto Federal de Acceso a la Información Pública, advirtió que pese a la ley, se ha vuelto habitual que las dependencias federales entreguen información de mala calidad: no hay estadística mínima en materia de presupuesto, combate al narcotráfico y en materia de salud.