El Consejo de la Judicatura Federal autorizó cambiar de un juzgado de Chiapas a otro de Morelos al penalista y juez de distrito Jorge Carenzo Rivas, quien ganó la animadversión de muchos fiscales federales y tuvo fricciones con la Procuraduría General de la República por sentenciar favorablemente a narcos como Joaquín El Chapo Guzmán, y en junio de 2005 –en medio de las críticas de la Presidencia de la República– fue reinstalado por la Suprema Corte, en votación dividida, tras haber sido destituido en diciembre de 2003 por amparar al presunto plagiario Mario Vainer.