Sociedad y Justicia
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Integrante de la Unión de Científicos Preocupados documenta en un análisis ese fracaso

Falla promesa de que transgénicos elevarían la productividad agrícola

Queda desacreditada campaña de Monsanto en la que promueve sus semillas, señala el estudio

Cultivos orgánicos permiten duplicar el rendimiento, a bajo costo para agricultores, apunta

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Ceremonia de la organización Sin maíz no hay país en favor de la soberanía alimentaria y contra el cultivo de transgénicos en México, el pasado 29 de septiembre en el ZócaloFoto José Carlo González
 
Periódico La Jornada
Martes 3 de noviembre de 2009, p. 35

Tras dos décadas de investigación en torno al maíz transgénico y 13 años de comercializarlo en Estados Unidos, se ha incumplido la promesa de aumentar en forma significativa la productividad en su cultivo, señala el análisis Fracaso en el rendimiento, realizado por Doug Gurian-Sherman, experto de la Unión de Científicos Preocupados (UCS, por sus siglas en inglés), de ese país.

El estudio indica que durante años la industria de biotecnología ha anunciado a los cuatro vientos que alimentará al mundo, prometiendo que sus cultivos genéticamente modificados producirán rendimientos más altos. Esa promesa ha resultado vacía.

La Red por una América Latina Libre de Transgénicos divulgó la investigación, y afirmó que es la primera derivada de una evaluación minuciosa del efecto general que la ingeniería genética ha tenido en los rendimientos de los cultivos en relación con otras tecnologías agrícolas.

Evaluación de cultivos

Se revisaron dos docenas de estudios sobre maíz y soya, las dos semillas transgénicas sembradas en el país vecino destinadas a alimentación y forraje.

En la investigación se encontró que los desarrollos con tolerancia a herbicidas no han aumentado los rendimientos, mientras el maíz resistente a insectos ha dejado una mejora marginal.

El aumento en los rendimientos de ambos cultivos en los últimos 13 años fue en gran parte debido al mejoramiento tradicional o a otras mejoras en las prácticas agrícolas, señala.

La red expresa que el informe de la UCS viene justo cuando suben los precios de los alimentos y hay escasez en algunos lugares del mundo, lo cual ha incitado llamadas a aumentar la productividad agrícola. Las compañías de biotecnología sostienen que la ingeniería genética es esencial para alcanzar este objetivo.

El estudio refiere que Monsanto hace una campaña publicitaria que advierte sobre una explosión demográfica mundial y proclama que sus semillas avanzadas incrementan significativamente los rendimientos de los cultivos. Pero los resultados desacreditan ese reclamo, pues concluyen que es improbable que la ingeniería genética tenga un papel significativo en el incremento de la producción de alimentos en el futuro inmediato.

Los productos evaluados fueron soya herbicida-tolerante, maíz herbicida-tolerante y maíz insecto-resistente (conocido como maíz Bt).

Este último es el único que ha logrado un aumento de entre 0.2 y 0.3 por ciento en el rendimiento promedio, mientras el incremento general de los cultivos de este grano, incluidos los convencionales, fue de uno por ciento, lo que es considerablemente más que lo proporcionado por el Bt.

La investigación analiza el papel potencial de los transgénicos en la producción creciente de alimento en las próximas décadas y, aunque no descarta la posibilidad de su contribución en aumentar los rendimientos de los cultivos, sugiere que tiene poco sentido apoyar la ingeniería genética a costa de otras tecnologías que han probado aumentar sustancialmente los rendimientos, en especial en muchos países en desarrollo.

Precisa que estudios recientes han demostrado que los cultivos orgánicos y otros que minimizan el uso de pesticidas y abonos sintéticos pueden doblar los rendimientos de los cultivos a bajo costo para los agricultores pobres.