Política
Ver día anteriorMartes 3 de noviembre de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Tendremos que explicar a los electores la razón por la que avalamos ese Frankenstein, dice

El paquete económico no nos gusta; votamos por él porque era el mal menor: Labastida

Estuvo mal haber aumentado IVA, ISR y beneficiar a grandes empresas, acepta el senador priísta

 
Periódico La Jornada
Martes 3 de noviembre de 2009, p. 5

El senador Francisco Labastida Ochoa, coordinador del equipo económico de la bancada del PRI en el Senado, manifestó que los legisladores del tricolor tendremos que explicar a los electores con toda claridad que votamos algo que no está bien: aprobamos aumentos al IVA, al ISR y dimos beneficios adicionales a la grandes empresas, pero era el mal menor.

Ésa es la única explicación que tendremos que dar a nuestros electores, sostuvo el ex secretario de Gobernación, uno de los legisladores que estuvieron involucrados en la negociación del paquete económico con los diputados de su bancada.

Por otra parte, Labastida comentó por qué se quedaron ocho senadores priístas en el pleno en el momento en que se votaba el IVA de 16 por ciento: Nos quedamos para ver cómo se estaba comportando la votación. Ejercimos la abstención, como habíamos anunciado, y se hicieron los cambios que habíamos comprometido, es decir, exentar del ISR a los trabajadores que perciban hasta seis salarios mínimos.

–Existe la percepción de que favorecieron a los grandes empresarios y apretaron los bolsillos de los trabajadores.

–No, yo diría que los incrementos le pegan a toda la población. Nos pega a todos los que trabajamos, a quienes consumimos, absolutamente a todos. Tratar de disimular las cosas que no nos gustan sería absurdo de nuestra parte, y aprobamos cosas que no nos gustaron.

Insistió: El paquete no nos gusta y creo que se votó porque, como lo dijo el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, estamos en una emergencia económica y el gobierno necesita recursos con carácter de urgente.

Abunda: “El paquete no nos gusta porque no impulsa el empleo, es recesivo, impulsa la inflación. Es un Frankenstein que llegó y al que le hicimos algunos cambios para quitarle lo más nocivo. Fue un paquete al final de cuentas, diría yo, de transición, porque esperamos que esto nos permita comprar tiempo, primero, para que no haya una crisis económica, y segundo, para empezar de inmediato a rediseñar los instrumentos de la economía.

Debemos empezar de inmediato, este mismo año, a rediseñar la política fiscal, el presupuesto, la política salarial. Yo estoy convencido de que la política de salarios es injusta porque los incrementos que se otorgan son por abajo de la inflación; eso mata la posibilidad de que la economía interna crezca y sea un jalón para crear empleos y generar desarrollo.

Consideró que más que regresar el IVA al nivel de 15 por ciento, lo que nos preocupa es hacer una reforma de los instrumentos de fondo. El sistema fiscal es un mazacote, un muégano, es algo inservible; es decir, ¿cómo se justifica que de 107 millones de mexicanos sólo 9 millones paguemos impuestos?

Él mismo responde: No tiene justificación alguna. ¿Cómo se justifica que la carga fiscal sea la más baja en América Latina y una de las más bajas del mundo, con cerca de 10 por ciento del PIB? Se puede explicar, pero no justificar.

Se requiere, señaló, de una reforma de fondo donde las cargas impositivas no se concentren en los que siempre pagan los impuestos. Nada más que eso no se arma en diez días. El paquete nos llegó el día 20 de octubre, lo sacamos el 30. Una reforma fiscal de fondo necesita tiempo para hacerse bien; tenemos que invitar a expertos, ver lo que está funcionando en otros países, consultar a la sociedad, a los empresarios. Con el paquete aprobado estamos malpasando una batalla con el propósito de ganar una guerra.

Concluyó que la desaparición de las secretarías de Turismo, de Reforma Agraria y de la Función Pública debe quedar lista en dos semanas. Tiene que salir antes de que se apruebe la ley del presupuesto. Apoyaremos la desaparición de la Función Pública porque está representando un estorbo para el funcionamiento correcto del gobierno.