En una sociedad donde la verdad está secuestrada y lo que prevalece es la tergiversación de ésta es esencial que los medios de comunicación asuman su responsabilidad histórica, consideró el sacerdote Carlos Arturo Quintero, director del departamento de Comunicación del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam).

En el contexto del segundo Congreso Internacional de Ética de la Comunicación, Quintero precisó que los profesionales de la comunicación tenemos una gran responsabilidad social; hoy más que nunca debemos ser profetas de esperanza y proclamadores de la verdad; debemos contribuir a la construcción de la paz y armonía social y la manera de hacerlo es ser fieles a la verdad.

Apuntó que en una sociedad que juega con las palabras y convierte la verdad en mentira es esencial que la ética sea lo que prevalezca en la comunicación. Precisó que la ética es un compromiso de la vida.

Tras lamentar que la verdad la estamos desdibujando, recordó el mensaje del papa Benedicto XVI del año pasado en la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. En ésta planteó que los medios se encuentran en la encrucijada entre protagonismo y servicio y que lo que deben hacer es buscar la verdad para compartirla.

En su mensaje el Papa aseguró que los medios de comunicación social no sólo difunden ideas, sino también pueden y deben ser instrumentos al servicio de un mundo más justo y solidario. Lamentó que existe el peligro de que se transformen en sistemas dedicados a someter al hombre a lógicas dictadas por los intereses dominantes del momento.

En el citado congreso se trabajó la ética de la comunicación y de la comunicación ética, señaló Quintero Gómez, quien lamentó que lo que se está dejando a las nuevas generaciones sea la tergiversación de la verdad.

En entrevista difundida por la Conferencia de Episcopado Mexicano, agregó que no se puede comprender la comunicación sin la educación, la cultura y nuestro modo de vivir, porque estamos inmersos en una sociedad, influidos por el medio exterior.

Apuntó que somos seres para la comunicación, llamados a la comunión y ésta sólo se construye desde la comunicación auténtica que nos hace comprender al otro y reconocerlo como interlocutor válido.

Precisó que los comunicadores debemos hacer gala de los valores y asumir compromisos éticos que nos ayuden a ser excelentes profesionales y personas con criterios de juicio y de valor para sopesar los acontecimientos y saber interpretarlos, siempre desde el prisma de la verdad.