Moscú, 14 de octubre. En lo que puede considerarse la mayor afrenta al Kremlin en la historia reciente del parlamentarismo en Rusia –más todavía que la verdadera oposición tanto de izquierda como de derecha ha sido excluida, por las buenas y por las malas, de ambas cámaras–, tres de las cuatro bancadas de diputados de la Duma abandonaron este miércoles la sesión en protesta por las numerosas y graves irregularidades que hubo el pasado domingo en los comicios municipales realizados en 73 entidades federales y parlamentarias en tres regiones.

Los legisladores del Partido Comunista (PC), del ultranacionalista Partido Liberal Democrático (LDPR, por sus siglas en ruso) y los centristas de Rusia Justa (RJ), que eran tolerados por las autoridades como la mínima presencia de voces discordantes necesaria para crear la apariencia de oposición en el Parlamento, se rebelaron hoy ante lo que consideran un despojo en favor de Rusia Unida (RU), el partido oficialista encabezado por el primer ministro Vladimir Putin.

El PC, formalmente la segunda fuerza política en el país, no puede entender de qué manera el conteo oficial le reconoce en la Asamblea Legislativa de Moscú, por mencionar un solo caso de los muchos que impugna, únicamente tres diputados frente a los 32 que se asegura obtuvo RU, al tiempo que ninguna otra agrupación política podrá tener representación en el Parlamento de la capital.

No reconocemos los resultados de los comicios y exigimos llevar a cabo el recuento de votos en todos los colegios electorales. En señal de protesta abandonamos la sesión y no volveremos hasta que nos reciba el presidente (Dimitri Medvediev), informó el líder del LDPR, Vladimir Zhirinovsky, al hablar en nombre de los partidos agraviados.

Desde China, donde se encuentra en visita oficial, el líder de la cuestionada RU, Vladimir Putin, respondió acorde a su estilo de hacer política: Si alguien duda que los comicios fueron limpios, que vaya a quejarse a una corte y demuestre que tiene razón.

Obviamente, nada va a cambiar y, más temprano que tarde, los diputados del PC, LDPR y RJ volverán a sus escaños, alineándose con el Kremlin, como siempre han hecho en momentos clave.

Al mismo tiempo, la rebelión en la Duma deja un doble mensaje: la manipulación y alteración de resultados tiene un límite y, con esos métodos, el oficialismo puede llegar como ahora a ostentar más de dos tercios de los diputados –mayoría suficiente incluso para modificar la Constitución–, pero cada vez será más difícil para el Kremlin, sin el debido respaldo en las urnas, legitimar su política con legisladores impuestos.