Javier Aguirre sacó el hacha en la víspera del choque frente a El Salvador, a cuyo plantel lanzó la consigna: ¡Guerra quieren, guerra tendrán! Además, pidió a la afición colmar hoy el estadio Azteca, apoyar durante los 90 minutos y ser hostil con los rivales para hacerles sentir que son visitantes.

México tiene 15 puntos en el hexagonal y un triunfo le daría la cifra mágica de 18, que lo ubicará en el Mundial de Sudáfrica, pero todo apunta a que la conquista del boleto tendrá el sello aguerrido del Vasco Aguirre, a quien le faltó tiempo para enumerar los agravios recibidos el 8 de junio en San Salvador, cuando México perdió 2-1.

Los aciagos recuerdos afloraron: llegamos y nos maltrataron con tapabocas, humillándonos, burlándose de un problema nacional serio. No me vale el escudo de que es parte del juego, parte del futbol, ¡no me vale! Todo el trayecto del aeropuerto al hotel fuimos tremendamente maltratados. Fuera del hotel todo el día hubo gente insultándonos; con platillos, con bombos, haciendo ruido. Fueron 48 horas insultándonos permanentemente. No pudimos salir del hotel, nadie se pudo acercar a la puerta y nuestra familia estaba ahí..., enfatizó.

¡En mi casa no!

Al timonel tampoco le han gustado las frases de valentía de los salvadoreños. No pueden venir a alardear de que son 11 guerreros. Nosotros somos 100 mil guerreros en el estadio, 11 en el campo y todo el país. No, no, no, ¡en mi casa no! Yo soy más guerrero que cualquiera en mi casa, con mi gente y en mi estadio, aseguró ayer en la conferencia de prensa realizada en el Centro de Alto Rendimiento, donde se concentra el equipo.

También reprochó el abucheo al himno mexicano en el estadio Cuscatlán: a nuestro himno no lo respetaron, el presidente de la Federación (Mexicana de Futbol) caminó entre la gente hacia el palco y lo golpearon; existe una queja de Justino Compeán ante la Concacaf. Los jugadores que no estuvieron en la banca fueron golpeados, empujados en el trayecto al vestidor. Eso no se olvida, eh. No se olvida en el terreno de juego, recalcó.

De paso mencionó la lentitud de los recogebalones y reveló que el árbitro le dijo a Cuauhtémoc Blanco “que no iríamos al Mundial por soberbios. Pero no hay nada de soberbia, simplemente no se vale que allá todo se permita porque es parte del juego, y aquí no.

“Y no se vale que ahora vengan a decir que esperan que al árbitro no le pese el ambiente del estadio. Allá no dijimos nada, pero hubo un gol mal anulado, penal a Guardado no pitado al 85’... El portero de ellos se quedó tirado cuatro minutos y el árbitro compensó tres, y en ese tiempo ellos hacen dos cambios”. Explicó molesto y serio: Lo vi (el video) hoy en la mañana; por eso vengo como vengo. ¡Me parece lamentable, vergonzoso! Nadie dijo nada; está bien, nos las comemos, pero nos acordamos, y mañana nos vemos, sentenció.

Un periodista salvadoreño le preguntó cómo espera al rival, a lo que respondió: ¡no me importa, mi cuate! Me importa lo mío. Me da igual cómo salgan ellos. Sé cómo van a salir, pero nosotros saldremos a ganar el partido, porque lo necesitamos. Asimismo, descartó que este sábado en el Coloso de Santa Ursula el público se pueda voltear si el gol no cae pronto, no, no; el estadio estará 90 minutos haciéndoles sentir que son visitantes, insistió.

Aunque al inicio puntualizó que no hay ánimo de revancha ni venganza, aclaró: sí tenemos memoria. Pidió a los dirigidos por Carlos de los Cobos respetar su himno y a su gente. No obstante, las pullas no cesaron. Indicó que el Azteca será una olla de presión para ellos, y ¡créamelo, vamos a empujar a muerte!

Aunque el timonel no quiso aclarar si jugará Cuauhtémoc Blanco, el delantero del Chicago Fire trabajó al parejo del resto del plantel y todo indica que físicamente está apto.