Sociedad y Justicia
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Busca Iglesia encubrir los delitos contra menores: ONG
 
Periódico La Jornada
Jueves 1º de octubre de 2009, p. 40

Organizaciones civiles condenaron lo dicho por el arzobispo Silvano Tomasi, observador permanente del Vaticano ante la ONU, quien señaló que los sacerdotes que abusan de menores “no son pedófilos sino efebófilos”, y que dentro de la Iglesia católica son una minoría los que cometen esos delitos.

La Iglesia sólo busca justificar los injustificable y disculpar los crímenes que encubren, señalaron las agrupaciones ligadas al ámbito religioso.

Consuelo Mejía, directora de Católicas por el Derecho a Decidir, indicó que cambiar la definición es intrascendente dada la gravedad de los hechos; además consideró que es una falta de respeto y de miserocordia hacia las víctimas.

“A los efebófilos, que son homosexuales, les gustan tener contacto con varones de entre 11 y 17 años; además son sólo una minoría: de 1.5 a 5 por ciento”; los menores son más propensos a sufrir abusos a manos de familiares o cuidadores que de clérigos, aseguró Tomasi durante una reunión del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ginebra.

Es un intento más de la jerarquía católica conservadora por encubrir esos delitos, al minimizar la cantidad de curas que incurren en esos actos, aseveró por su parte Mejía.

En entrevista aparte, José Guadalupe Sánchez, secretario ejecutivo del Observatorio Eclesial, indicó que no es la primera vez que la Iglesia trata de justificar esos ilícitos en lugar de castigarlos; además no es el número de personas que los cometan, sino la gravedad del hecho.

Mejía indicó que no se entiende cómo la Iglesia católica, que quiere erigirse como baluarte de la moral insiste en disculpar y darle la vuelta a hechos tan escandalosos y reprobables, que se dan aún habiendo votos de castidad de por medio.

Lo que debería hacer la jerarquía es seguir realmente el Evangelio, el mensaje de Cristo y tomar medidas serias, no sólo reparar el daño a las víctimas, sino también poner a los abusadores en manos de la justicia.

Sánchez criticó que se intente explicar estos abusos sólo a partir de la homosexualidad cuando ésta no siempre deviene en abusos sexuales; la Iglesia sigue viendo a la homosexualidad como una enfermedad a la que hay que curar, pero no mira a la pedofilia como algo a superar y erradicar en su interior ni se plantea no seguir siendo enemiga de un libre y adecuado ejercicio de la sexualidad.