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Estrenan obra inspirada en Jack el Destripador, El Caníbal de la Guerrero y El Coreano

Llevan a escena la problemática de la violencia como fenómeno social y artístico
 
Periódico La Jornada
Viernes 18 de septiembre de 2009, p. 5

Además de ser homicidas, ¿qué peculiaridad tienen en común Jack el Destripador, El Caníbal de la Guerrero (José Luis Calva Zepeda) y Cho Seung-Hui, El asesino de Virginia Tech?

¿Es el actor un asesino en serie cuando en cada puesta en escena prefiere matar su propia identidad para entregar a los espectadores un nuevo personaje?

Tales son las preguntas que inspiran el montaje de Por favor, no mande riñones por correspondencia, obra escrita al alimón por Richard Viqueira, Antonio Zúñiga y José Alberto Gallardo, que hoy será estrenada a las 20 horas en el Centro Cultural Universitario (CCU).

Lo que comparten los tres es su inclinación por la escritura: Jack el Destripador se comunicaba de manera epistolar; El caníbal de la Guerrero escribía poesía, y el homicida conocido como El Coreano, autor de la peor matanza estudiantil en Estados Unidos, intentaba escribir obras de teatro.

Paralelismos entre impulsos

Según los creadores escénicos, el propósito de Por favor, no mande riñones por correspondencia “es equilibrar artes y actividades tan salvajes como opuestas: matar y escribir, asesinar y actuar.

Tratamos de encontrar los paralelismos entre los impulsos que llevan a un criminal y a un actor a consumar los actos que conceden a cada uno su apelativo distintivo.

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Escena de la obra de Richard Viqueira, Antonio Zúñiga y Alberto GallardoFoto José Jorge Carreón

A manera de laboratorio entre los tres, dijo Viqueira, intentamos explorar el tema de la violencia como fenómeno social y artístico.

La obra no es biográfica de los criminales reunidos, sino más bien quisimos acercarnos a los impulsos artísticos de esos seres que alternaron la escritura con el asesinato y entretejerlos con los impulsos artísticos de un creador escénico, explicó Antonio Zúñiga.

“Intentamos también reflexionar sobre la dramaturgia o la condición del teatro, donde evidentemente la muerte es irrepresentable. Sin embargo, en la obra se juega con ciertos elementos escénicos –unos riesgosos, otros violentos– para acercar la realidad, la muerte, lo más posible al espectador; como por ejemplo ver golpes reales en escena o que alguien se aviente de un tercer nivel o alguien a quien le ponen una pistola en la cara.

Entre las cuestiones, divergencias y convergencias que se fueron planteando en el laboratorio estaba si las acciones de asesinar y crear se realizan con un afán de trascendencia, para que luego escriban de uno.

Para nosotros, retomó Richard Viqueira, quizá las vías son distintas, pero el impulso es el mismo.

Las funciones de Por favor, no mande riñones por correspondencia se presentan jueves y viernes a las 20 horas, sábados a las 19 y domingos a las 12:30 y 18 horas en el Foro Sor Juan Inés de la Cruz, del CCU (avenida Insurgentes Sur 3000).