Los servicios de salud y de educación que otorga el gobierno federal a las familias más pobres mediante el programa Oportunidades tienen deficiencias que deben resarcirse, señala la Evaluación de Desempeño 2008-2009 del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

De acuerdo con la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso), se busca que los recursos de ese programa se incrementen 50 por ciento en 2010, para pasar de 49 mil millones a 74 mil millones de pesos.

Argumenta que ese monto es para llegar a 6.5 millones de familias, aunque en la iniciativa del Presupuesto de Egresos la meta es menor: 6 millones.

Al tercer bimestre de este año, la Sedeso reportó en el informe de ese periodo que el programa llega a 5 millones de familias, de las cuales 1.3 millones corresponden a hogares enclavados en 19 mil localidades indígenas, e integra a 5 millones de becarios, quienes asisten a 122 mil escuelas.

Según la evaluación de desempeño, Oportunidades tiene el objetivo de contribuir a la ruptura del ciclo intergeneracional de pobreza extrema de la población beneficiaria, favoreciendo el desarrollo de sus capacidades básicas en educación, salud y nutrición.

En materia educativa, señala, aumentaron la inscripción, los grados de escolaridad y la transición a secundaria de los becarios; asimismo, disminuyeron la reprobación, la deserción escolar y las brechas de género y étnica en años de instrucción.

“El nivel de aprovechamiento de los becarios en zonas rurales, según los resultados de la prueba Enlace, es menor que la de los no becarios, y los becarios indígenas tienen resultados más desfavorables que los no indígenas.

La calidad educativa debe mejorar tanto en términos de infraestructura y equipamiento como en enseñanza.

En cuanto a salud, puntualiza que creció el uso de servicios médicos y mejoró el estado de los beneficiarios, pero la calidad de la atención de los servicios de salud debe mejorar tanto en infraestructura y equipamiento como en atención a los pacientes.

En cuanto a la calidad de las clínicas rurales, precisa que sólo 6.8 por ciento tienen nivel alto, 45 por ciento medio alto y el resto están entre medio bajo y bajo.

Se reportan prácticas inferiores a la calidad deseable en atención prenatal, de síndrome metabólico y a niños por parte del personal de salud, abunda.

Respecto a la nutrición, reconoce que mejoraron indicadores de niños (baja talla y anemia) y mujeres embarazadas (anemia), pero aun con las mejoras, sigue habiendo prevalencia de emaciación (peso inferior al que corresponde a la estatura) en niños beneficiarios en algunos estados, lo cual debe atenderse. Los niveles de desarrollo cognitivo de niños beneficiarios son aún bajos, en comparación con las normas internacionales.

Reconoce que la eficiencia de los procesos operativos de Oportunidades es satisfactoria en general, y al mencionar sus debilidades refiere que la calidad de los servicios de educación y salud que se otorgan a los beneficiarios debe mejorarse para incrementar el impacto potencial del programa sobre sus beneficiarios. Precisa que aún existen familias elegibles que no han sido incorporadas al programa.