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Padres pagan cuentas de sus hijos en un país donde ahorro y austeridad son casi normas

En China, tarjetas de crédito disparan deudas y amenazan patrimonio de familias
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Logo de Mercedes Benz sobrepuesta en una imagen de la Ciudad Prohibida de Pekín. China se ha convertido en un mercado importante para las mercancías de lujo, como los recientes modelos de la automotriz alemanaFoto Ap
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Juego de cartas en el mercado de valores de Nanjing, en la provincia china de JiangsuFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Domingo 30 de agosto de 2009, p. 26

Pekín, 29 de agosto. El jubilado Yuan Yizhong, de Pekín, cortó con tijeras las siete tarjetas de crédito de su hijo, en un ataque de furia cuando descubrió que el joven de 29 años había acumulado enormes deudas que no podría pagar.

Yuan tuvo que usar buena parte de los ahorros de toda su vida para abonar a la cuenta de las tarjetas de crédito de su hijo, que ascendía a 200 mil yuanes (29 mil 280 dólares), logrando cancelar cerca de la mitad de la deuda.

Mi hijo se quedará con mi casa cuando muera, pero temo que no sea suficiente, dijo Yuan con tristeza. Historias como la de Yuan han forzado al gobierno y a los bancos de China a limitar la política en materia de tarjetas de crédito que se expandió demasiado rápido en un país con poca historia o experiencia en deudas personales.

Las tarjetas de crédito adquirieron popularidad entre los chinos cuando la clase media se expandió, los estándares de vida mejoraron y cuando el gobierno trató de alentar el uso de esos instrumentos para estimular el consumo doméstico. Pero las deudas en aumento, especialmente entre los jóvenes –que eran candidatos poco calificados para obtener el plástico– han presionado a algunas familias, por lo que el gobierno empezó a endurecer las condiciones para el otorgamiento de las tarjetas de créditos.

En los últimos dos años, los bancos han emitido tarjetas de crédito a ciegas, dijo Nie Junfeng, un experto en deudas personales de CITIC Bank, el séptimo mayor prestamista de ese país. Ha comenzado a formarse la burbuja y comienzan a surgir los riesgos arraigados entre los clientes de bajos ingresos y por la falsa información suministrada en las solicitudes de las tarjetas, alertó Nie.

El organismo de supervisión bancaria, la Comisión Reguladora de Bancos de China (CBRC, por sus siglas en inglés), dijo a los bancos en julio que no ofrecieran regalos a los nuevos poseedores de tarjetas de crédito, que fijaran límites para su personal de ventas y, quizá lo más importante, que no suministraran tarjetas a personas menores de 18 años.

El requerimiento del ente regulador tuvo lugar tras la revelación del Banco Popular de China de que en los primeros seis meses de 2009 se registraron 4 mil 970 millones de yuanes en pagos retrasados por al menos 60 días en las tarjetas de crédito, un salto de 133.1 por ciento respecto al año anterior.

El ente gubernamental China UnionPay controla el sistema de tarjetas de crédito, así como los cajeros automáticos en todo el país. UnionPay se ha asociado con firmas como Visa y Mastercard Inc y bancos locales para emitir tarjetas de crédito.

De hecho, el número de plásticos emitidos en China casi se triplicó a 142 millones en 2008 respecto de 2006, con un volumen total de transacciones que llegó a los 3.5 billones de yuanes, según dijo el banco central del país en un informe de abril. Se calcula que desde 1985 se han emitido en China mil 900 millones de tarjetas de crédito.

Dominio del efectivo

El dinero en efectivo sigue siendo dominante en China, pero el plástico se está haciendo más popular. Los chinos bromean al decir que hay más cajeros automáticos que baños públicos. Casi todos los comercios y restaurantes en ciudades chinas importantes aceptan tarjetas de crédito.

Cerca de un tercio de los pagos con tarjeta de crédito –equivalentes a 1.1 billones de yuanes– fueron generados en gastos de consumo en 2008. Las tarjetas de crédito representaron casi 15 por ciento de las ventas minoristas de artículos de consumo social en 2008, un aumento significativo desde 4.8 por ciento de 2006.

Sin embargo, el monto total de la deuda con las tarjetas de crédito todavía es pequeño comparado con los depósitos familiares nacionales de 25.7 billones de yuanes que había hasta finales de junio. La tasa de ahorro de China es una de las más altas del mundo con 39.7 por ciento del ingreso familiar disponible, debido a una cultura de frugalidad tras décadas de privaciones.

En comparación, en Estados Unidos apenas se ahorra 3.2 por ciento del ingreso familiar disponible, según estudios de la Oficina Nacional de Estudios Económicos con sede en Massachusetts.

Las tarjetas de crédito podrían ayudar a la gente a sentirse cómoda al gastar más, ayudando a Pekín en sus esfuerzos por incrementar el consumo doméstico para estabilizar la economía china y protegerla de recesiones externas.

El uso de tarjetas de crédito sin duda ayudará a fomentar el consumo, porque al menos algunas personas no sentirán que las compras con el plástico afectan sus balances bancarios, dijo Joe Lu, un analista de BOCOM International en Pekín.

Los jóvenes, incluyendo a estudiantes que no pueden afrontar grandes deudas, son quienes más probablemente adopten este método de pago. Pero, como en el caso de Yuan, el resultado es a veces devastador en un país donde la ley no permite la desaparición de las deudas de tarjetas de crédito mediante la declaración de bancarrota.

A diferencia de sus pares occidentales, la mayoría de los padres chinos cree que es su obligación pagar las deudas de sus hijos si éstos no pueden hacerlo. Cerca de 11 por ciento de los padres chinos pagaron las deudas de las tarjetas de crédito de sus hijos de entre 22 y 27 años, un grupo que se ha acostumbrado a la buena vida pero que no puede pagarla, según un estudio del periódico Pekín Youth Daily.

Restricciones plásticas

Los bancos han comenzado a tomar medidas. CITIC Bank suspendió la tarjeta estudiantil en febrero. Poco después, el China Merchants Bank dio de baja su Young Card (tarjeta joven), un tipo de crédito enfocado específicamente para estudiantes universitarios.

El Banco Industrial y Comercial de China ahora sólo entrega tarjetas de crédito estudiantiles a graduados y alumnos de universidades reconocidas, ya que es más probable que ellos obtengan mejores empleos después de terminar la carrera.

Los bancos chinos estuvieron ansiosos por ganar una cuota del negocio en un mercado en rápida expansión, y a veces recurrieron a prácticas poco éticas. Antes de las recientes regulaciones, se observaban gestores de tarjetas de crédito en todas partes, desde centros comerciales a residencias estudiantiles, porque los bancos no sólo presionaban a su propio personal para emitir tarjetas, sino que también delegaban el negocio a terceros.

Las compañías subcontratadas para colocar las tarjetas enviaban a representantes de ventas a recorrer edificios de oficinas, cautivando a los candidatos con regalos y dándoles un plástico a cualquiera que tuviera un documento de identidad y llenara un formulario.

Las empresas subcontratadas no corrían riesgo alguno, y mientras más tarjetas colocaban, mayor era la comisión que recibían de los bancos, dijo Guo Tianyong, un profesor de la Universidad Central de Finanzas y Economía con sede en Pekín.

Los estudiantes universitarios son un grupo de mayor riesgo que el promedio, con un ratio de préstamos incobrables de 4 por ciento. La mayoría de ellos no ganan dinero, lo que incrementa la posibilidad de una deuda incobrable, añadió Guo.

Los recientes esfuerzos por limitar el uso de las tarjetas de crédito han llegado demasiado tarde para Yuan y su hijo. Los agentes de cobranzas visitaron 10 veces la casa de Yuan en junio para exigirle que pague las deudas de su hijo. Como presión, amenazaron con enviar al hijo a la cárcel si las deudas no eran pagadas.

¿No resulta una trampa entregarles tarjetas de crédito a los estudiantes?, preguntó Yuan. Los estudiantes no tienen ingresos. Son sus padres los que deben saldar sus deudas en última instancia. Es inmoral que los bancos hagan esto para conseguir una mayor porción del mercado, agregó el padre. Yo pertenezco a la generación mayor y gasto lo que gano, dijo un atribulado Yuan. Realmente no tengo idea sobre este modo de consumo.