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En forma sigilosa, salieron del penal El Amate a las 3:15 del jueves

Indígenas liberados aceptan no retornar a sus comunidades

Se busca evitar provocaciones y agresiones: gobierno de Chiapas

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Los 20 tzotziles liberados por decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al ser trasladados a Cintalapa, después de que salieron de la prisión El Amate, en el estado de ChiapasFoto Moyses Zúñiga Santiago
Corresponsales
Periódico La Jornada
Viernes 14 de agosto de 2009, p. 7

Los 20 indígenas de Chenalhó, Chiapas, que lograron un amparo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y salieron de prisión, aceptaron no regresar a sus lugares de origen, entre ellos la comunidad Acteal, para evitar provocaciones y agresiones.

El acuerdo fue resultado de una negociación en Tuxtla Gutiérrez que duró casi 10 horas, en la que el grupo de excarcelados –quienes pasaron más de 11 años presos, acusados de participar en la masacre de 45 tzotziles que oraban y ayunaban por la paz en Chiapas– se confrontó entre sí y se dividió en dos bandos.

Un grupo es asesorado por ex dirigentes del extinto Partido Cardenista (PC) –que tuvo presencia en la zona de Chenalhó en la época de la matanza del 22 de diciembre de 1997–, y otro por abogados del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), instancia que los representó jurídicamente ante la SCJN.

Al salir de la prisión El Amate, a las 3:15 horas de este jueves, subieron a los liberados a un camión de pasajeros y los sacaron del penal en forma subrepticia, en acción coordinada por autoridades locales y Juana García Palomares, ex dirigente del PC.

En ese momento, abogados del CIDE que viajaron al penal para atestiguar la salida de sus representados y entrevistarlos, aseguraron que a los liberados se les impidió reunirse con ellos y con medios de comunicación.

Abogados y reporteros encontraron a los liberados cuando se les llevó a un hotel ubicado a 15 kilómetros de Tuxtla, la capital chiapaneca. Luego de una discusión entre García Palomares y el abogado del CIDE Alejandro Madrazo, algunos indígenas, entre ellos Tomás Pérez Méndez, afirmaron que fueron llevados a ese lugar sin su consentimiento y con la consigna de que si no acudían a una entrevista con el secretario de Gobierno estatal, Noé Castañón, no les entregarían sus boletas de libertad.

Los ex reos sostuvieron que pretendían regresar de inmediato a sus comunidades, como Los Chorros, La Esperanza y Acteal, aun cuando sus dirigentes y autoridades estatales les advirtieron que podía haber enfrentamientos si retornaban.

Alejandro Madrazo les dijo que al obtener su excarcelación eran libres de retornar a sus comunidades, propuesta a la que se opuso García Palomares con el argumento de que allá está el otro grupo (Las Abejas de Acteal).

Luego de pernoctar en el hotel y de recibir a sus familiares que regresaron de la ciudad de México, donde se manifestaron ante la SCJN –llevados por Manuel Anzaldo Meneses, otro ex dirigente del PC–, cinco indígenas aprovecharon para escapar del cerco que les tendió el gobierno estatal. Sin embargo, fueron localizados y persuadidos de volver.

Aproximadamente a las 9 de la mañana del jueves, abogados del CIDE, ex dirigentes del PC y los reos se reunieron con el secretario de Gobierno, Noé Castañón. Cerca de las 19 horas, el funcionario leyó un comunicado con el que anunció que ningún liberado regresaría a Chenalhó, con la finalidad de evitar provocaciones y agresiones, mientras se les dotaba de nuevas tierras y proyectos de desarrollo en un lugar aún sin definir.

En tanto, en Acteal prevalece una aparente tranquilidad. En las oficinas de Las Abejas, organización a la que pertenecían los hombres y mujeres asesinados hace más de 11 años, sólo estaban dos personas que declinaron hacer comentarios sobre la liberación de los 20 indígenas.