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Juan Coronel Rivera participó en un homenaje por el centenario del promotor cultural

Falta investigar con amplitud las facetas pictórica y editorial de Fernando Gamboa

Lo vemos como el gran museógrafo, pero sobre todo fue un creador plástico, dijo el investigador

 
Periódico La Jornada
Viernes 14 de agosto de 2009, p. 7

Dos de los quehaceres del polifacético Fernando Gamboa (1909-1990) que deberían ser investigados más ampliamente son su creación pictórica, disciplina que ejerció durante 25 años, y su labor editorial en lo que se refiere a las revistas que dirigió, como Frente a frente y Artes Visuales, publicaciones que en su momento fueron de vanguardia en el país sobre el arte contemporáneo.

Así lo consideró Juan Coronel Rivera, quien hace unos días ofreció una conferencia en el Palacio de Iturbide, como parte de la serie de homenajes que se rinden al maestro Gamboa con motivo de su centenario.

A Fernando Gamboa, comentó el ponente, lo vemos como el gran museógrafo, pero creo que era sobre todo un creador plástico, expresó en charla con La Jornada al término de su conferencia, la cual se centró en las correspondencias en el trabajo museográfico de Gamboa con la arquitectura y la pintura, que ilustró con la proyección de una serie de fotografías.

Cuatro etapas en la museografía

Respecto de su actividad como museógrafo, detalló Coronel Rivera, “se podría hablar de cuatro etapas. La primera fue completamente intuitiva, cuando monta su primera exposición de obra gráfica para España, la cual se realiza con los materiales que había a la mano. No se trataba de un improvisación, sino de orden material, ya que don Fernando sí se preocupaba, por ejemplo, de que hubiera ciertas tonalidades en los carteles y que el espacio fuese funcional.

“Esa etapa duró hasta 1949. Luego se podría decir que se profesionalizó y generó su primer estilo, el cual se distingue por muros muy largos invadidos por colores muy fuertes que tenían mucho que ver con la arquitectura de Luis Barragán, como eran los anaranjados, morados, rosas mexicanos. Este tipo de museografía también se distinguía por la luz cenital con efectos muy dramáticos, casi teatrales, que aunados a los colores y los planos generaban una monumentalidad extraordinaria.

En los años 70, cuando fue designado director del Museo de Arte Moderno (MAM), se puede apreciar una tercera etapa y estilo respecto de su museografía.

Aquí, continuó Coronel Rivera, “su trabajo se circunscribe al espacio del propio museo, pues el MAM es un recinto redondo con vidrieras. Gamboa empieza a jugar con todas esas cuestiones radiales, que si bien ya estaban propuestas un poco por el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, don Fernando le da su toque y empieza a revivir las salas para que tuvieran aún más simetría.

La última etapa la desarrolla en el Palacio de Iturbide (ahora dependiente de Fomento Cultural Banamex), en la que prácticamente minimiza el trabajo museográfico. Lo que hizo inteligentemente fue no competir ni con el edificio ni con lo que se colocaba dentro de él, ya que es un inmueble muy complicado museográficamente por sus dimensiones y barroquismo. Hizo planos muy bajos, generalmente blancos, y un tipo de mobiliario totalmente geométrico, que de alguna manera es como si regresara a la arquitectura de Barragán, pero sin los colores.

Sin embargo, de entre las actividades y personalidad polifacética de Fernando Gamboa hay dos cosas que se deben investigar, destacó Coronel Rivera. Primero su labor plástica, que nadie de los que nos dedicamos al arte moderno ha tocado. Nadie ha hecho un estudio sobre la pintura de Gamboa, quien fue creador plástico durante 25 años. No se sabe si era un buen pintor.

Y en segundo término su labor en el campo editorial, respecto de las revistas que fundó y dirigió, como Frente a frente y Artes Visuales.

Para concluir, luego de la conferencia dictada por Coronel Rivera, el Ensamble de México ofreció un concierto de música barroca.