Cuando varios sectores de la sociedad capitalina han comenzado a tomar conciencia de la necesidad de cuidar y no desperdiciar el agua, ante las desfavorables condiciones orográficas en que viven o por la deficiente infraestructura hidráulica que tienen, se enfrentan a la innegable realidad de que están en la etapa más crítica de la carencia del líquido.

En las partes altas de delegaciones políticas como Tlalpan, Álvaro Obregón y Cuajimalpa los pobladores han visto en la colecta de agua de lluvia, y su posterior reutilización, una fuente alternativa a la continua falta del líquido en la red hidráulica.

Así también, en áreas rurales de Milpa Alta, Tláhuac, Xochimilco y Álvaro Obregón, como Santa Rosa Xochiac, la gente recurre al agua tratada para el riego de cultivos, y la potable se utiliza únicamente para el consumo humano.

En zonas de bajos recursos económicos, como la sierra de Santa Catarina, en Iztapalapa, o Los Pedregales, en Tlalpan, se recurre al servicio de pipas privadas, para lo cual se realizan cooperaciones entre los colonos.

En otros puntos de la ciudad de México, donde el poder adquisitivo de la gente es mayor, como en las colonias Coyoacán, Del Valle y Portales –y donde no era habitual el almacenamiento de agua ya que el abastecimiento era continuo–, los colonos han optado por adquirir depósitos como tanques o cisternas.

Sin embargo, en este caso la baja presión del suministro y los cortes de agua que se han realizado durante las semanas recientes ni siquiera han permitido que dichos tinacos puedan llenarse, porque algunos fueron colocados en azoteas, y al carecer de un sistema de bombeo la fuerza del líquido no es suficiente.

Allí, la presencia de las pipas, tanto públicas como privadas, ha aumentado, así como los camiones repartidores de agua embotellada. En la colonia Prados de Coyoacán por lo menos dos veces a la semana se brinda este servicio, a pesar del alto costo que significa.

Un joven se da una ducha en el acueducto de avenida ChapultepecFoto Roberto García Ortiz

De acuerdo con la Conagua, 14 de las 16 delegaciones se verán afectadas con la reducción en el suministro de agua de 30 por ciento. Mientras que se estima que alrededor de tres millones de personas resentirán la falta del líquido.

Frente a todo ese panorama, el director del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACM), Ramón Aguirre Díaz, dijo que si los ciudadanos consumieran lo básico, no nos faltaría a pesar de los cortes del Sistema Cutzamala. El problema es que mucha gente no la cuida y necesitamos que alcance para todos.

Detalló que en teoría la meta sería reducir la demanda del líquido a la mitad; es decir, de 300 litros por día por habitante a 150. Sin embargo, en una situación lógica, real y alcanzable al corto y mediano plazos, el reto es bajar el consumo 30 por ciento, lo que se plantea para lo que resta del año es ahorrar 20 por ciento.

Al reunirse con diputados locales electos del PRD, Aguirre Díaz informó que el costo real del agua en la ciudad es de 20 pesos por metro cúbico, aunque se cobra en promedio de un peso 70 centavos a 3.50 pesos por metro cúbico. El subsidio es muy alto, ya que hablamos de alrededor de 80 por ciento, acotó.

Para Víctor Magaña, investigador del Instituto de Ciencia Atmosféricas de la UNAM, es irracional que los capitalinos gasten diariamente 300 litros de agua por persona, y advirtió: si seguimos con esta mentalidad, no habrá cuenca ni fuente de suministro de agua que resista, por lo que si no cambia esa pauta de consumo vamos a terminar trayendo el agua de Chiapas.

Sobre el mismo tema, el presidente de la Comisión de Gestión Integral del Agua, Daniel Salazar, consideró que la política de subsidios a la tarifa del agua ha sido un factor que no ha ayudado a que la gente la cuide.