Opinión
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Isocronías

La palabra y sus designios

¿Q

ué es un especialista? Un tipo que cada vez sabe más y más de menos y de menos, le dice en entrevista de 1985 Manuel Gallardo Zamora a Alfredo Montaño Hurtado, observación recogida en el libro Designios de la palabra, que por estos días, publicado en coedición por el ayuntamiento y la universidad de Colima, la editorial Acento y el grupo Horacio Cervantes, y con sendas presentaciones del propio autor y Julio César Zamora, aparecerá en aquel estado.

El principal recurso de Montaño esta vez es la entrevista, género que ha practicado por al menos un cuarto de siglo y actividad de la que en el mencionado volumen reúne una muestra representativa. La escritura y el cine son, sobre todo la primera, objeto de atención de este reportero cultural y creador literario.

Más adelante Gallardo Zamora referirá una anécdota de Isaac Asimov, quien dijo en algún lugar que no era especialista, aunque cuando medio por ello lo quisieron poner en evidencia, reviró: Ahora que me acuerdo, sí lo soy. Soy especialista en dar apariencia de que lo soy.

Se me perdonará que, aunque en desorden pero con el afán de que se observe el nivel de las voces por Montaño atendidas, motivadas, escuchadas, reproduzca casi la lista completa de los entrevistados: José Vicente Anaya, Eduardo Casar, Elías Nandino, Alí Chumacero, Rubén Bonifaz Nuño, Óscar Oliva, Vicente Leñero, Silverio Palacios, Gerardo de la Torre, Andrés de Luna, Alberto Isaac, Eraclio Zepeda, Cristina y José Emilio Pacheco, Marco Antonio Campos, Ricardo Garibay, Carlos Montemayor, Agustín Monsreal, José Agustín, Agustín Ramos, Fernando del Paso, Tito Monterroso, Juan Rulfo, Paco Ignacio Taibo II, Héctor Manjarrez, Óscar de la Borbolla, María Luisa Mendoza, Hernán Lara Zavala, Eduardo Antonio Parra, Sara Sefchovich, Daniel Moyano y Francisco Garzón.

Acerca de la frecuentación o no de intelectuales, de cuya ausencia Garibay en cierto grado parece dolerse, opina finalmente, apoyado en Cendrars, que es preferible andar con la materia prima: la materia prima de un escritor son los hombres, son las prostitutas, los boxeadores, las fregonas, los labriegos, los changadores, los herreros, los carpinteros, los presos, los abogados, los contadores, los políticos.

Leñero: El escritor es bueno cuando ve la realidad complejamente y la pasa por el filtro, el tamiz de su sensibilidad.

Chumacero, transliterado: el poema debe proporcionar la sensación de la sensación original de que el poeta partió.

Cristina Pacheco: Hago entrevistas porque siempre he creído que éstas son el más alto nivel de una conversación.