Opinión
Ver día anteriorMiércoles 12 de agosto de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Astillero

El blindado y El valiente

El futuro nos (¡aghh!) alcanzó

Las Trancas y Forbes-Slim

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EMBAJADOR. El nuevo embajador de Estados Unidos, Carlos Pascual, ofreció una conferencia de prensa en el aeropuerto capitalino, tras su llegada al Distrito FederalFoto Carlos Cisneros
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gustín Carstens Carstens ha anunciado el arribo en pleno de desgracias múltiples con la misma soltura y bien nutrido ánimo con que meses atrás hacía declaraciones jactanciosas de presunta solidez y fuerza de la economía mexicana, a la que apenas le harían cosquillas los problemas mundiales, y en especial los del debilucho vecino norteño, frente al cual nuestra situación era privilegiada, con medidas contracíclicas bien chidas y un espíritu gubernamental de alpinista olímpico al que los retos y problemas le encantan, a tal grado que la tabla histórica de equivalencias neumológico-económicas entre Estados Unidos y México sería revertida en esta ocasión pomposa en la que a nosotros apenas nos daría un catarrito, mientras a otros les alcanzaría para pulmonía.

El funcionario ACC, con cuyas dos primeras letras de sus apellidos duplicados se podrían realizar juegos verbales escatológicos que al parecer son etimología política definitoria del actual régimen, ha hecho saber que los ingresos previstos para el año de las conmemoraciones conmocionantes serán los peores en tres décadas y que, frente a ese cuadro doliente no queda más que pensar en el aumento o reforzamiento de impuestos, declarar un déficit público de cuando menos dos años, usar las tijeras en rubros no prioritarios del gasto y realizar esfuerzos recaudatorios desesperados.

Agustín, al igual que su je! Felipe (perdón, la máquina ha comenzado a hacer extraños y no escribió correctamente la referencia de organigrama, tal vez a causa de un venidero terrorismo fiscal que comience por embargar letras y agregar signos sociales de exclamación), ya no tiene cara para seguir jugando a la lotería de la irresponsabilidad en la que uno se asumió como El blindado y otro como El valiente. Sobre todo si se toma en cuenta que cuatro días después de iniciado el desastre calderonista (la nota fue publicada el 6 de diciembre de 2006), el flamante secretario Carstens Carstens dijo, al presentar el Programa Económico 2007: En buena medida, el futuro ya nos alcanzó; el futuro en el cual confiar en los ingresos petroleros sería irresponsable. Tan irresponsable que dos años y medio después, el mismo declarante hacendoso informó a reporteros que el futuro nos alcanzó y es momento de tomar acciones. Todo mientras el dólar pega un respingo indicativo y El valiente se vanagloria en San Luis Potosí de que sus excelsas estrategias impidieron que la crisis arrasara con el empleo nacional.

Aparte de los acuerdos secretos que en Guadalajara se hayan tomado en aras de la integración regional regida por Estados Unidos (sobre todo, en el caso mexicano, la toma del control técnico y logístico de los cuerpos armados, civiles y militares), al antedicho licenciado Calderón no le regaló la administración Obama ni el placer de unos cuantos días de tregua: ayer mismo se anunció que el gobierno gringo se valdrá de un ordenamiento legal sacado de los archivos para que agentes de cualquier dependencia de aquel país puedan solicitar a presuntos migrantes que comprueben la validez de su estadía, lo cual sin duda es la voz de arranque a una campaña de terror policiaco contra los paisanos que hasta ahora se sentían relativamente a salvo si en su entorno no había específicos miembros de patrullas fronterizas o servicios de migración. Con estas nuevas instrucciones, cualquier mexicano sin papeles legales que se presente a hacer un trámite podrá ser interrogado, detenido y deportado por cualquier agente gringo. Janet Napolitano, por su parte, ha anunciado una partida extra, de 30 millones de dólares, para reforzar la seguridad en su colindancia con México. Eso sí: el nuevo embajador, especialista en estados fallidos y sociedades en crisis, Carlos Pascual, le da una palmadita en lo que queda de espalda a su nuevo conejillo de Indias: México, ha dicho con amabilidad fallida, es una de las grandes naciones del mundo (grandota, grandota) y tiene un importante liderazgo para resolver problemas como, ejem, los energéticos (el petróleo, el petróleo).

Las ofrendas al imperio cromáticamente cambiado en la cúpula han ido desde la puntual presentación de un presunto responsable de atentar meses atrás contra un consulado estadunidense en Monterrey hasta la necesidad de tocar con el pétalo de una acometida vacua al gran jefe Chapo. ¡Híjole, por poquito y lo pescan en un ecológico parque industrial que había montado para producir droga sintética y en cuya cima había una casa de lujo, con trajes de marca, tecnología urbana y signos de vida cómoda propia de un gran capo con vocación serrana! Narcoaldea, bautizaron algunos medios españoles a la productiva comunidad del rumbo de Tamazula, Durango, para mejor seña ubicable como Las Trancas, que hace recordar las andanzas protegidas del mítico Rafael Caro Quintero y el rancho El Búfalo, donde nadie sabía nada respecto a las faenas masivas de producción de materia básica de exportación cuyos impuestos no entran a las arcas gubernamentales sino a cuentas bancarias particulares. Por cierto, ¿qué dirá el gobernador de esa entidad, Ismael Hernández Deras, respecto a las cosas que suceden sin que él, ha de suponerse, se entere (y de las que hasta un arzobispo había hablado con claridad)?

Impuestos y crisis galopan sin que la mayoría de los mexicanos atinen a hacer otra cosa que quejarse, en espera de la aparición providencial de algun restaurador mágico o de la próxima entrega de telenovelas o algún partido futbolero de inflamación patria estupefaciente. Calderón sigue gastando el dinero que ya no hay en las caravanas militares por todo el país (como Bush despilfarró el dinero gringo en Irak), en aras de una guerra sabidamente perdida. Y un estudio de la OCDE informa a los mexicanos la manera en que cada uno, diariamente, contribuye al crecimiento milagroso de la fortuna de Carlos Slim: México tiene las tarifas más caras de Internet y telefonía, de tal manera que cada vez que se usan esos servicios de precios inflados se ayuda a sostener a Carlos&Charlie en el retablo Forbes. ¡Hasta mañana!