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De Anda exhibe Metáfora de transición

La monumentalidad apabulla al visitante del museo El Eco
 
Periódico La Jornada
Miércoles 12 de agosto de 2009, p. 6

El Museo Experimental El Eco resultó el espacio ideal para que Héctor de Anda muestre sus murales del siglo XXI.

Tres espectaculares rescatados e intervenidos por el artista integran la exposición Metáfora de transición, abierta en el edificio de Sullivan 43, colonia San Rafael, que concluirá el día 16.

De ese modo, De Anda lleva la calle a un sitio cerrado, en el recinto reacondicionado por Mathias Goeritz.

El más grande, emplazado en el patio de El Eco, mide 11 metros de largo por 4.5 de alto, mientras otro, de 9 x 4.5 metros, compuesto de 17 paneles, o láminas metálicas, está recargado sobre la pared de la sala de exposiciones, y el más pequeño, de 2.40 por 2.40 metros, cuelga de la pared opuesta.

La idea es que la monumentalidad apabulle al visitante, el cual se encuentra con lo urbano casi encima.

Para De Anda vivimos el lenguaje urbano a diario, pero en realidad no lo vemos. Aunque lo miramos, no nos detenemos a ver y analizarlo.

El proyecto de trabajar con los espectaculares se remonta a 1998-1999 y partió de los que el artista veía en deterioro y le causaban ciertas emociones plásticas.

Al respecto, Héctor de Anda explica: “Tenían composición, expresión, textura y una historia propia que el tiempo les concedía. Al ser anuncios publicitarios, una vez finalizado el contrato de arrendamiento, son traslapados; entonces se vuelven algo abstracto.

“Eso me llamó mucho la atención y me dije: ‘esto tiene mucho que ver con lo que hago y quiero hacer’. Empecé a pintar sobre tela, representando de manera personal lo que eran los espectaculares, en un formato reticulado y fragmentado.

“Después me fui a Italia, donde permanecí un año y trabajé una exposición para Florencia, en la cual fragmenté todavía más la retícula –más bien la multipliqué– para deshacer aún más el mensaje.”

Hace siete años, De Anda empezó un nuevo proyecto, cuya historia comenzó bajo el concepto de fósiles urbanos, porque el discurso lanzado era del espectacular como uno de estos armatostes montados sobre las azoteas en toda la ciudad, que daba una apariencia de deterioro evidente. En esta urbe caótica, contaminada visualmente, aparte de las emisiones de gases y todo lo que provocamos, los anuncios publicitarios, con el paso de los años, quedarían como fósiles de lo que alguna vez fue la modernidad en nuestro tiempo.

Por ello en la actualidad ya no se pintan las láminas de esos grandes anuncios: Ahora se imprime digitalmente una gran lona a la medida del espectacular. Entonces, éste sirve de base nada más para que encima pongan la lona y después sólo descuelgan el anuncio.

Los tres espectaculares exhibidos en El Eco fueron recuperados por De Anda, gracias a la misma empresa, que dio el visto bueno para intervenir alrededor de 90 de sus anuncios publicitarios in situ con la frase: Esto es una obra de arte.

Respecto de la relación de su obra con el recinto concebido en 1953 por Goeritz, el entrevistado recuerda que la obra del artista de origen alemán era urbana y estaba respaldada por una filosofía de experimentación, circunstancia muy relacionada con lo que pienso en cuanto al arte, de la búsqueda, es decir, el hecho de no detenerse.