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Eugenia León conducirá Tocando tierra, a partir de mañana por el Canal 22

Guardar una tradición no es asunto sentimental; es de vida o muerte

El programa es un viaje no solamente geográfico o cultural en cuanto a las músicas que hoy nos dan identidad, sino también tienen un rostro absolutamente humano y personal, comenta

Foto
La imagen fue tomada del primer programa, dedicado a la Mixteca baja. Eugenia León acompaña con su canto al grupo Pasatono. En el fondo, un maromeroFoto cortesía del Canal 22
 
Periódico La Jornada
Lunes 10 de agosto de 2009, p. a13

La cantante Eugenia León viajó por el país para encontrarse con los herederos de las tradiciones musicales, los lauderos y los educadores musicales. El resultado es la serie Tocando tierra, que será transmitida por el Canal 22 a partir de este martes. La conductora de los programas insiste en dejar claro que este es un viaje por un mapa humano, no solamente geográfico o cultural en cuanto a las músicas que hoy nos dan identidad, sino también tienen un rostro absolutamente humano y personal.

Es así como, por ejemplo, en el primer programa, dedicado a la Mixteca baja, uno conoce a los integrantes de Pasatono, agrupación oaxaqueña que ha desempeñado un papel fundamental en la difusión de la música de esa región. Y también están presentes los mayores, como don Tiburcio, uno de los últimos en su zona que toca el bajo quinto. Pero el programa también incluye a Nunduva Yaa, integrado por mixtecos que tocan jazz, en la capital estatal.

Nos interesa saber qué pasa con tal comunidad... con el laudero..., dijo León. Y que a su vez la gente que vea el programa se interese por apoyar iniciativas, como las escuelas de banda de viento oaxaqueñas.

La manufactura de instrumentos, un ritual

Quizá la parte menos conocida por los citadinos sea la manufactura de los instrumentos: A cada árbol que va a cortar un laudero, le pide perdón, le reza, le llora. Le dice que con él va a hacer instrumentos para llevar la música al pueblo, a la región.

Para la cantante fue una lección de vida muy grande: hoy que vivimos en una sociedad en la que no le damos valor a nada más que al dinero.

León, una de las más reconocidas intérpretes de música tradicional mexicana, viajó a Chiapas, Yucatán, Veracruz y Nuevo León, además de Oaxaca. Regresó asombrada por la actitud que encontró entre la gente que conoció: Son comunidades que viven de milagro, que hacen milagros con los tres pesos que tienen en su bolsa. Para ellos, 500 pesos es una fortuna... Un grupo de marimba, como el de don Arcadio, que vive cerca de la frontera con Guatemala, con cinco integrantes, en un baile de seis, siete, ocho, nueve horas, cobran mil 500, 2 mil pesos, y para ellos resulta muy bien (...) No vi gente más digna, menos llorona, menos quejumbrosa; gente dedicada en cuerpo y alma, con absoluta certeza de que lo que hacen es importante: esa labor diaria de construir un instrumento, inventarse un método de solfeo, el muchacho preocupado por la herbolaria y por hacer la escoleta en el área de San Francisco Cajonos, enseñar a los niños para hacer una pequeña banda de alientos y aprender carpintería para hacer las máscaras de los bailes...

Es por esto que León asegura: Tú encuentras en ellos una capacidad de organización, de administración de sus recursos, de cómo son conscientes de cómo conservar sus espacios ecológicos, que ya los quisiéramos. Hay una actitud francamente renacentista en algunos que conocí, nos dan lecciones de modernidad, y ¿cuál es la modernidad?: resolver los problemas con el mínimo de recursos, administrarlos, tener conocimiento de las riquezas que hay en tu entorno, cuidarlas y aprovecharlas. Estar conscientes de que guardar su tradición no es un asunto sentimental, es un asunto de vida o muerte.

También encontró una estrecha relación entre generaciones: No hay quiebres generacionales, todos se reúnen.

En Chiapas filmaron dos programas, uno de ellos en Zinacantán, donde hijos de músicos tradicionales hacen rock en tzotzil, vestidos en ropa zinacanteca: Tienen su propia manera de reproducir su tradición: hay una similitud en acentos, rítmicas y entonaciones del rock con la música zinacanteca. El grupo más conocido es Sak Tzevul.

Este viaje ha sido revelador, resumió. Nos ha transformado. Hemos llorado de cansancio, de emoción, de respeto, de orgullo de ser de este país, de ser compatriotas de toda esta gente tan fantástica, que por voluntad propia está preservando un patrimonio que hoy por hoy es inconmensurable, que es nuestra tradición, nuestra memoria, nuestra música.

Si bien está presente la enorme desigualdad económica, el programa no da una imagen de víctimas que viven en la pobreza. No son sufrientes, no están quejándose... les encanta divertirse, son sensuales, tienen un profundo respeto por su entorno, un compromiso absoluto con su comunidad, y eso los ha preservado, dijo la conductora.

Opinó que lo que más importa en las comunidades que visitó es el valor de los actos que uno realiza con respecto a los demás. Yo creo que la gran aportación de esas comunidades es el tequio. De verdad es una actitud de preservación, como sociedad, del entorno y del valor que se tiene de vivir en comunidad.

Siguió: Esa idea del tequio, o el valor de un árbol que van a cortar para hacer instrumentos, ya es una lección de valores sociales, de valores de tu entorno.

El director de Tocando tierra, que consta de 13 capítulos, es Alejandro Strauss. José Luis Paredes Pacho y Ricardo Pérez Monfort dieron asesoría musical. El programa se transmitirá los martes a las 22 horas, con retransmisión, los sábados a las 20 horas, por el Canal 22.