Poeta, ensayista, dramaturga, académica, diplomática, narradora. Trazos apenas de Rosario Castellanos cuya figura fue recordada ayer en un homenaje al cumplirse, exactamente, 35 años de su muerte ocurrida en Tel Aviv.

El mejor tributo es comprometerse con sus causas, dijo el jefe de gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, durante la ceremonia que se realizó en el Instituto Cultural México Israel, en el Centro Histórico.

Rosario Castellanos sigue muy presente en la vida pública de México, lo que nos identifica son sus causas y sus razones en un país donde aún existe el racismo, sin equidad de género, que vive el retroceso en varios estados en lo que se refiere a la interrupción legal del embarazo.

En estos 35 años que han pasado desde la muerte de la escritora, nadie puede decir que México ya logró construir una sociedad justa, integrada, animosa, próspera, donde todos tienen su lugar. Ésas eran sus razones y sus causas, puntualizó Ebrard.

En el mismo sentido se manifestó, minutos antes, Sandra Lorenzano, vicerrectora de la Universidad del Claustro de Sor Juana, quien señaló que si bien muchas cosas han cambiado desde la publicación de la novela Balún-Canán, muchas otras no, como la violación a los derechos humanos de las mujeres en varias partes del país, incluidos los asesinatos en Ciudad Juárez, el estado de México o la frontera con Guatemala.

Se encomió a Castellanos por su obra literaria, su labor de educadora y como embajadora que ayudó a reforzar los lazos entre México e Israel al combinar sus tareas de diplomática con su cátedra en la Universidad Hebrea de Jerusalén, dijó el embajador israelí, Josef Livne.