Ciencias
Ver día anteriorMiércoles 5 de agosto de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

El plano se realizó gracias al HAWC, un prototipo de observatorio de altas energías

Científicos mexicanos elaboran primer mapa de rayos cósmicos

Con él se podrán observar estrellas y cuerpos celestes vistos con rayos gamma, que revelan un universo más enérgetico y violento

Será capaz de detectar la procedencia de esas fuerzas

Foto
El observatorio, ubicado a más de 4 mil metros sobre el nivel del mar en la Sierra Negra de Puebla, está integrado por 900 fotomultiplicadores o fotosensores colocados dentro de 300 tanques llenos de agua
 
Periódico La Jornada
Miércoles 5 de agosto de 2009, p. 2

Científicos mexicanos elaboraron el primer mapa de rayos cósmicos del cielo, con el cual se podrán observar estrellas y cuerpos celestes diferentes a los que se conocen hasta hoy, y se pudo realizar gracias al prototipo del observatorio de rayos cósmicos HAWC (High Altitude Water Cherenkov), ubicado en la Sierra Negra de Puebla, a más de 4 mil metros sobre el nivel del mar.

María Magdalena González, investigadora responsable de la parte científica del proyecto HAWC e integrante del Instituto de Astronomía (IA) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó que este observatorio se conformará por 900 fotomultiplicadores o fotosensores dentro de 300 tanques (de 7.3 metros de diámetro y cinco de profundidad cada uno) con agua cristalina, mediante los cuales se pretende realizar un mapeo continuo del cielo y barrer la bóveda celeste durante las 24 horas, con lo que se obtendrán resultados nunca antes vistos.

Mayor alcance que el óptico

A diferencia de los mapas vistos con telescopios ópticos, el desarrollado con el prototipo de HAWC –en el que no obstante de que sólo se han instalado tres de los 300 tanques se desarrolló el primer plano– revelará a los científicos estrellas y otros objetos celestes que sólo pueden observarse a través del análisis de los rayos cósmicos.

Por ejemplo, una foto del cielo cada noche es un mapa. Ahí se pueden encontrar las estrellas en cierta orientación; hay mapas que han hecho los astrónomos en el óptico. Con nuestro proyecto haremos lo mismo: desarrollamos un mapa del cielo, pero en lugar de contener las estrellas vistas gracias a la óptica, pondremos las que se ven en rayos gamma, que no son las mismas, pues estos rayos revelan un universo más energético, violento e inclusive intermitente y cambiante.

En la construcción de este proyecto –cuyos avances se presentarán hoy en la UNAM– participan especialistas de 13 instituciones mexicanas, entre ellas la máxima casa de estudios; el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica; el Centro de Investigación y Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional; la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, entre otras, y 14 estadunidenses.

HAWC es capaz de detectar energía cósmica –partículas cargadas de protones, helio, carbono y otras– y rayos gamma –partículas provenientes del espacio que impactan la atmósfera– por lo que los científicos esperan obtener información relevante para el entendimiento del universo.

La investigadora del IA informó que HAWC no sólo será capaz de detectar ese tipo de energía, sino que a diferencia de otros observatorios de este tipo de rayos, será capaz de demostrar de qué parte del universo proceden.

Es el primer observatorio de altas energías en México. Es la primera vez que se hace un plano del cielo en rayos cósmicos en nuestro país, capaz de hacer un mapeo. Hay otros detectores de esas energías, pero ninguno te puede decir de qué lugar del universo proviene.

Aunque el desarrollo proyecta poder diferenciar entre energía cósmica y rayos gamma, el prototipo de tres estanques aún no diferencia los tipos de energía.

El Tíbet, en China, y Chacaltaya, en Bolivia, también pelearon por la sede de este proyecto, pero en julio de 2007, en el contexto del Congreso Internacional de Rayos Cósmicos realizado en Mérida, Yucatán, los científicos mexicanos demostraron que el mejor lugar para la instalación del observatorio era Sierra Negra, al oriente de Puebla.

Su antecedente es el observatorio Milagro, ubicado en el Laboratorio Nacional de Los Álamos, en Nuevo México, Estados Unidos, construido con la tecnología de Cherenkov de agua –que consiste en instalar una gran cantidad de ese producto a la mayor altura posible– por lo que este desarrollo consta de una enorme y profunda piscina con censores que miden el tiempo en el que pasa una partícula de luz.

Sin embargo, HAWC representa la segunda generación de observatorios de rayos gamma. Con esta nueva herramienta para el análisis del universo, los especialistas pretenden buscar materia oscura, ráfagas solares y destellos de rayos gamma, eventos que aún no son del todo comprensibles.