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La obra cuenta la historia de Ana, a quien le cuesta decir no e incapaz de poner límites

El vestido, historia para chicos obligados a madurar rápido

De Amaranta Leyva, se pondrá en escena a partir del primero de agosto en el teatro El Galeón

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En la primera imagen, la titiritera y dramaturga Amaranta Leyva, con Ana y su mamá; en la siguiente, Lourdes Pérez Gay y Lucio Espíndola, de Marionetas de la EsquinaFoto Yazmín Ortega
 
Periódico La Jornada
Lunes 27 de julio de 2009, p. 9

Ana es una preadolescente que no sabe decir no, que hace responsables a los demás por no atreverse a poner límites; por ello, es que en un momento de su vida desaparece y sólo queda su vestido sin cuerpo, como si fuera sólo trapo.

Ana quiere ser artista plástica, como su madre, quien como muchas otras mamás en la actualidad apenas tiene tiempo para serlo.

Tiene una prima, Brisa, una chica medio frívola que le quita el tiempo y el espacio para hacer la escultura que, ¡en una semana!, debe presentar en la exposición de fin de cursos de su escuela.

Tal es la anécdota de El vestido, obra de teatro con títeres y actores, escrita por la dramaturga, titiritera y actriz Amaranta Leyva (Cuernavaca, Morelos, 1973), con la que obtuvo el Premio Nacional de Teatro para Niños 2006, convocado por el INBA y el Instituto Coahuilense de Cultura, la cual será estrenada el primero de agosto en el teatro El Galeón, del Centro Cultural del Bosque.

Producida por la compañía Marionetas de la Esquina, encabezada por los creadores escénicos Lourdes Pérez Gay y los títeres de Lucio Espíndola, es una obra que cuenta con humor la historia de Ana, en la que se plantea que si no dices lo que quieres, si no te atreves a poner límites, los demás harán de ti lo que quieran y te van a manipular como si fueras un trapo; de ahí la metáfora del vestido, comentó la autora.

Dirigida a los niños, la puesta “refleja cómo a muchas personas, y a los mexicanos en particular, nos cuesta mucho decir ‘no’. Nos parece que negarnos a hacer tal o cual cosa es grosero, y cuando alguien se atreve es porque ya siente mucha presión”.

Los personajes de la historia son todos femeninos. Ana; la mamá, que aquí no es el estereotipo de ama de casa; Brisa, la prima; el vestido, y la actriz. En cierto momento se utilizan elementos multimedia, por ejemplo al proyectar algunas imágenes de lo que Ana escribe y borra en su diario. Los dibujos que hace en su cuaderno cobran vida de repente, y es cuando aparecen los títeres en escena.

Aquí, Ana se ve como un personaje del presente y como uno del pasado; éste se convierte en tres: el vestido, en una persona desvalida y en la niña entusiasmada pide ayuda a su madre para hacer su escultura, explicó la directora escénica Lourdez Pérez Gay.

En esta obra se habla “de niños inteligentes. Se habla del compromiso por hacer bien las cosas, una de las partes más importantes que hay que inculcar a los hijos.

Es una obra en la que se refleja la preocupación de una chica estudiante por lo que le exigen la escuela y la maestra, además de la angustia que siente porque su mamá le hace varias promesas, pero en realidad no le da tiempo para cumplirlas y estar con ella, debido al exceso de trabajo. Es buena madre, sin embargo, ella sola debe mantener la casa.

Para nosotros, abundó Pérez Gay, es muy importante la voz de los niños y de las niñas, quienes desde chicos están obligados a madurar, porque quizá no tienen la oportunidad de que las mamás estén un poquito más de tiempo con ellos, porque esta sociedad nos obliga a trabajar mucho para salir adelante. La cuestión aquí es qué pasa con los hijos de madres tan trabajadoras.

Con escenografía e iluminación de Emiliano Leyva, elenco formado por Lourdes Echeverría, Priscila Morales López, Laura Hernández Ruiz y Darío Álvarez, El vestido se estrena el próximo sábado primero de agosto a las 13 horas. La cita es en el teatro El Galeón, del Centro Cultural del Bosque, atrás del Auditorio Nacional.