¡Quiero más!, expresó la campeona mundial Paola Espinosa a su llegada de Roma en el aeropuerto capitalino, donde sólo fue recibida por sus familiares.

Con la meta de ser medallista olímpica individual en Londres 2012, la clavadista, de 22 años, lució radiante mostrando su presea ante los reporteros gráficos.

Sin tumultos ni festejos, a Espinosa no le inquieta que a su triunfo no se le dé valor como a la victoria de la selección de futbol.

Los que saben de deportes reconocen mi esfuerzo y trabajo. Meterse con el futbol es algo muy serio, pero yo me siento satisfecha porque es un logro mío, un logro personal para mi corazón, familia, entrenadora y para los medios de comunicación.

En conferencia de prensa, la bajacaliforniana espera que su presea sea un aliciente para el deporte nacional y el país.

Esta medalla es la que más me ha costado. Son años de entrenamiento en más de la mitad de mi vida, sostuvo Espinosa, quien pidió a las autoridades deportivas que reconozcan a su grupo multidisciplinario, especialmente al médico Juan Arévalo.