Si algo queda claro tras la lectura del libro Rosa blanda, según la poeta Ana Cuandon Alonso, es la fascinación del ser humano por la incertidumbre más que por la certeza.

Y es que en este poliédrica obra, que lo mismo es novela, ensayo y poesía, su autor, Daniel González Dueñas, se vale de una historia de amor entre un archivista y una bruja para mostrar que la certeza nos disciplina la voluntad, pero la ambigüedad nos disciplina el asombro, recalcó.

Durante la presentación de esa obra, efectuada la noche del martes en la Casa Refugio Citlaltépetl, la también investigadora resaltó que incertidumbre, duda y ambigüedad resultan encantadoras, porque son palabras que inauguran destinos, siempre y cuando la imaginación nos auxilie y la creatividad nos salve de andar a tientas por los caminos del ensueño.

Ana Cuandon agregó que Rosa blanda es un homenaje a la ambigüedad, al amor y a los mundos posibles, y lo creo porque al leer el libro tenemos la certidumbre de que el enigma es lo que nos alimenta. Desde las primeras líneas, se conjura lo obvio y se inaugura lo posible.

Calificado asimismo como un homenaje a la memoria y la añoranza, durante la presentación del texto –reditado por Ediciones Sin Nombre, a 25 años de su aparición–, participaron además Dolores Castro, Elisa Rodríguez y José María Espinasa, así como el autor.