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La medida incluye a quienes, como Monreal, fungen de líderes de esas fuerzas políticas

Pronto se hará oficial la expulsión de perredistas que contendieron por otros partidos: Jesús Ortega
 
Periódico La Jornada
Sábado 18 de julio de 2009, p. 9

La dirigencia nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD), encabezada por Jesús Ortega, oficializará próximamente la expulsión de aquellos militantes que contendieron como candidatos de otros partidos. Tal determinación alcanzará a quienes sin abandonar las filas del sol azteca fungen como líderes de otras fuerzas políticas, como es el caso de Ricardo Monreal.

De nueva cuenta, la sombra del fracaso electoral rondó sobre Ortega, quien se defendió con vehemencia de los argumentos vertidos, la víspera, por Cuauhtémoc Cárdenas: ¡En el PRD no hay líderes morales! De lo declarado por Cárdenas dijo que es su opinión y no la comparto porque el presidente del partido ya no tiene facultades omnímodas como en el pasado.

Tras atestiguar la presentación del cuarto informe de Zeferino Torreblanca, gobernador de Guerrero, en el lujoso hotel W Marriott de Polanco –justo el día en que la encuesta nacional de ingresos y gastos del Inegi colocó a los ciudadanos de Guerrero entre los más pobres del país–, Ortega reprochó el machismo al que Cárdenas evoca con objeto de conducir al partido del sol azteca.

Deben prevalecer las decisiones razonadas

El PRD debe estar sujeto a las decisiones colectivas del partido, no a los dictados individuales, y el gran cambio que debe experimentar a la luz de su trayectoria y de los recientes acontecimientos electorales es que sobre las opiniones individuales tienen que prevalecer las decisiones reflexionadas colectivamente. De tal manera que el presidente del PRD no va a actuar sobre la base de presión de las opiniones de una, dos, tres personalidades del partido.

–¿Independientemente del peso de esas personas?

–Al margen del peso de esas personas: sobre el peso de ellas, está el peso del Consejo Nacional, y el del congreso del partido. Voy a reformar para que lo que valga sean las decisiones de los organismos y no los dictados personales, ¡por eso, no voy a renunciar al PRD! hasta lograr la reforma del partido, que es dotarlo de instituciones democráticas y de prácticas que se ajusten a la legalidad interna. Voy a hacer respetar los estatutos del partido, y me voy a tomar el tiempo para que se involucren sus órganos de dirección, no los tiempos que dicta alguien, sino los que dicta el PRD.

–Cárdenas dice que no se siente representado por su dirigencia, y que no se tiene valor para aplicar los estatutos…

–No quiero interpretar al ingeniero Cárdenas, pero el problema del Partido de la Revolución Democrática es el problema del país; ya no son tiempos de resolver las dificultades con actitudes de machos, ya es tiempo de solucionarlas ajustándose a normas, a instituciones, por eso no es un problema de valor, sino de respeto a la institucionalidad.

–¿Qué le dice el hecho de que un líder moral del PRD lo acuse de no tener valor…?

–No hay líderes morales en el partido, no hay; líderes morales, sólo con (Carlos) Jonguitud.

–El hecho es que uno de esos líderes morales habla de que usted ha claudicado al aplicar los estatutos.

–Es su opinión, y no la comparto. Si no se entiende: yo no voy a aplicar la vieja fórmula, el presidente del PRD no tiene facultades omnímodas, está sujeto a procedimientos y normas. Y desde luego esa opinión (de Cuauhtémoc Cárdenas) no la comparto.

Proceso jurisdiccional

Al abundar sobre el proceso de expulsar a los perredistas que participaron en campañas electorales de partidos distintos al PRD, que personajes como Víctor Hugo Cirigo, Ruth Zavaleta, René Arce y Guadalupe Acosta, insisten sea aplicado a Andrés Manuel López Obrador, el presidente perredista acotó: no hay una sola denuncia. Yo no tengo facultades para que al margen de la institucionalidad expulse a medio partido. Hay un proceso jurisdiccional, hasta ahora no hay una sola denuncia en la Comisión de Garantías por un solo militante del partido para solicitar el expulsión de alguien, no la hay.

Con el criterio de no ejercer el poder de manera omnímoda, como sí lo hicieron los anteriores presidentes perredistas, Ortega avizoró una salida a la demanda de expulsión –misma que se presentaría este fin de semana al Consejo Nacional de su partido– de un cúmulo de 600 militantes.

“Necesito mis tiempos, y me los estoy tomando, respecto de los 600 probables expulsados que hay en la lista, eso no es un tema jurisdiccional, sino un trámite, porque no son sólo dos o tres personajes que se inscribieron en otro partido en Coyoacán, y me falta revisar y hacerlo oficialmente. Mi decisión como presidente del partido es que aquel que era militante del PRD y es dirigente de otro partido, como es el caso del licenciado (Ricardo) Monreal, pues deja de ser militante, y los que fueron candidatos, desde luego, y los que son representantes de otros partidos lo mismo –sin importar corrientes–, y lo que voy a hacer es oficializar el procedimiento ante los órganos del partido”.

En un exabrupto, confesó: ¡Estoy sujeto a presiones para que el presidente repita la misma historia de antes en el PRD!, ¡claro que estoy sujeto a presiones! Pero no voy a ceder, y voy a mantenerme en la institucionalidad de un presidente democrático que toma decisiones colegiadamente, reflexionadas.

–¿Quién lo presiona?

–No voy a mencionar nombres porque están contestadas sus preguntas…Yo respeto mucho las opiniones de los compañeros como la del ingeniero Cárdenas, como la Andrés Manuel (López Obrador) y como de otros personajes del partido, ex presidentes o ex gobernadores, pero el presidente del PRD no tiene facultades omnímodas, ese sino del viejo régimen priísta, presidencialista.

Al concluir, Ortega se encontró con el impugnado y hoy superasesor de Zeferino Torreblanca, Ramón Sosamontes, quien le aconsejó que en su discurso mediático redunde en que ahora las decisiones del PRD se asumirán en colectivo.